La respuesta a la migración pone a la UE al borde de una crisis existencial, advierten expertos y diplomáticos

Inmigrantes rescatados de pateras
SALVAMENTO MARÍTIMO
Publicado: domingo, 8 julio 2018 12:20

Diplomáticos de Bruselas temen que el consenso en la UE ha terminado, mientras Merkel asocia el fenómeno de la migración a la supervivencia del bloque.

El conflicto alcanza un punto álgido justo en un momento en que la migración está disminuyendo.

BRUSELAS, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los nuevos acuerdos migratorios que preparan la Unión Europea y Alemania pueden terminar siendo más retóricos que reales, pero indican, a juicio de expertos y diplomáticos, un cambio hacia una idea de "Europa como fortín" que podría representar la mayor amenaza existencial del bloque.

El acuerdo en Alemania para procesar a los inmigrantes en las instalaciones policiales en su frontera sur con Austria sigue a un acuerdo alcanzado el viernes anterior en Bruselas para tratar de revisar las solicitudes de asilo en los campamentos del Mediterráneo, incluida África, y compartir la responsabilidad de los migrantes rescatados en mar.

Los críticos aseguraron que ambos pactos son impracticables y van posiblemente contra la ley de la UE sobre el derecho a solicitar asilo. La mayoría de los países del norte de África ya se han negado a alojar tales sitios debido a posibles riesgos de seguridad, entre otros factores.

Un documento recogido por la agencia DPA señaló que, según Alemania, hasta 14 países han acordado comenzar las negociaciones. Poco después de la publicación, sin embargo, países como Hungría o la República Checa repudiaron el texto. Son pactos, además, especialmente difíciles de acordar con precisamente aquellos países cuyo apoyo es más necesario como, Italia y Austria, donde los gobiernos tienen una línea dura contra la inmigración.

En un momento en que Italia y Malta niegan la entrada a los barcos de rescate en los últimos días, empujando los buques a España, grupos de Derechos Humanos temen que Europa está en camino de ceder su derecho a reclamar el liderazgo en asuntos humanitarios.

"Me preocupa que el derecho internacional humanitario se está percibiendo vez más como una molestia", ha lamentado a Reuters Eugenio Ambrosi, enviado de la UE para la agencia de migración de la ONU (OIM). "Uno podría pensar que la experiencia de la primera mitad del siglo XX debería habernos enseñado a todos una lección", añade en relación a las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.

A los diplomáticos y funcionarios de la UE les preocupa que los estados miembros luchen e incluso endurezcan sus posiciones al igual que necesitan unificarse para enfrentar la salida de Reino Unido del bloque el año próximo y las tensiones con el presidente estadounidense Donald Trump y Rusia.

La migración también desempeña un papel de gran envergadura en la política interna europea. Un enfrentamiento entre la canciller alemana, Angela Merkel, y su aliado representado por el ministro del Interior, Horst Seehofer, amenazó con derrocar a su coalición de gobierno, aunque parece segura por ahora.

"Tengo la profunda convicción de que la cuestión de la migración va a ser decisiva a la hora de ver si Europa va a sobrevivir", declaró Merkel ante el Parlamento alemán la semana pasada.

MENOS MIGRANTES

Una gran parte del problema es que la UE no ha distribuido la migración de manera equitativa entre su población de 500 millones, en parte porque países como Polonia y Hungría se niegan a participar. Eso ha exacerbado la presión desproporcionada sobre países del sur como Grecia o Italia. Tres años después, el problema aún no se ha resuelto.

"Solíamos estar en el negocio de ayudarnos unos a otros", según un alto diplomático de la UE que pidió no ser identificado porque sus comentarios difieren de la línea oficial de su Gobierno. "Pero el espíritu de consenso se ha ido. Todos van por su cuenta", ha lamentado.

Y, sin embargo, el problema está llegando a un punto álgido en un momento en que los números de migración hacia Europa, en realidad, están disminuyendo. Solo alrededor de 46.100 refugiados y migrantes han realizado el peligroso cruce marítimo en lo que va de año, según muestran los datos de la UE.

"A pesar de todo lo que se habla sobre la dureza de las nuevas medidas, o bien son una repetición de los últimos tres años, o bien son muy difíciles de aplicar y requiere mucho tiempo, o bien son directamente contradictorias", según otro diplomático de la UE, que pidió no ser identificado porque no estaba autorizado a hablar sobre el asunto públicamente.

"INVASIÓN"

Mientras tanto, el clima político en Europa se está volviendo cada vez más en contra de los migrantes. El uso que, por ejemplo, ha hecho el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, del hashtag #stoptheinvasion en Twitter habría sido considerado inadmisible para un miembro de un gobierno de la UE hace unos pocos años.

De hecho, en 2015, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, fue ampliamente criticado por contravenir las leyes de la UE cuando construyó una cerca en su frontera sur. Ahora, es precisamente una de las ideas que Orban presentó al año siguiente el pilar en el que se sustentan los nuevos acuerdos: crear "puntos calientes" en África, en lugares donde los inmigrantes corren gravísimo peligro de muerte o torturas, como Libia.

La UE se enfrenta a una crisis existencial: el posible colapso de la preciada zona Schengen, que alimenta los empleos y negocios en todo el bloque garantizando el movimiento libre de bienes y personas.

La amenaza es real. Algunos países, incluidos Austria, Alemania y Francia, ya han introducido controles fronterizos de emergencia desde 2015. Las discusiones actuales sobre la frontera entre Alemania y Austria y la amenaza de Viena de restringir su propia frontera muestran con qué facilidad la acción de un país podría desencadenar una reacción en cadena.

La reedificación física de las líneas divisorias dentro de Europa podría asestar un golpe mortal a lo que sus defensores elogian como el proyecto de paz más exitoso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, después de las heridas causadas por la salida de Reino Unido. "Si Schengen se derrumba, se acabó. Ya no habrá una UE como la conocemos", ha lamentado otro responsable, también bajo el anonimato, del bloque europeo.

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