LONDRES, 22 May. (EUROPA PRESS) -
El flamante primer ministro británico, David Cameron, se niega a perder la libertad de la que gozaba como miembro de la oposición y desoye las advertencias de los servicios de seguridad, hasta el punto de que sale a caminar por Londres sin la protección adecuada y se niega a dejar de lado su BlackBerry, según recoge este sábado 'The Times'.
Estos hábitos, más allá de la mera anécdota, suponen para las autoridades británicas un quebradero de cabeza, especialmente cuando el MI5 mantiene en "alto" el nivel de riesgo de un atentado.
Un antiguo miembro de los servicios de protección explicó que Cameron no puede "pasear como si estuviese en una fiesta en un jardín" mientras existen medidas de seguridad máximas en lugares como aeropuertos o el Parlamento. "Con determinadas personas, como la realiza o el primer ministro, hay amenazas que no se pueden calcular", advirtió otra fuente consultada por el periódico.
El entorno más cercano al líder conservador sostiene que Cameron se siente presionado por la constante presencia de policías que padece desde su llegada al 10 de Downing Street. Por este motivo, según uno de sus asesores, el primer ministro "tratará de salir de esta 'burbuja' en cuanto pueda". No obstante, y aunque Cameron sea "reacio" a este control, el asesor aclaró que el 'premier' lo respetaría siempre que la seguridad así lo determine.
Las reticencias de Cameron recuerdan a las que tuvo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tras su llegada a la Casa Blanca. Obama mantuvo hasta el último momento su BlackBerry, pese a que este sistema de comunicación implica riesgo para la interceptación de las comunicaciones y los datos enviados.
