LONDRES, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
El clérigo radical Abu Hamza perdió la batalla emprendida en la Corte de Apelaciones británica para poder recurrir en la Cámara de los Lores contra su extradición de Reino Unido a Estados Unidos, donde podría afrontar hasta once cargos por terrorismo, después de que dos jueces del Tribunal Supremo británico resolviesen que la decisión ratificada el pasado mes de febrero por el Gobierno era "inexpugnable".
Hamza, de origen egipcio pero afincado en Londres, está acusado por las autoridades norteamericanas de promover un campo de entrenamiento de Al Qaeda en Bly, en el estado de Oregon, así como de enviar remesas económicas y apoyo humano para ayudar a los talibanes en Afganistán y a la organización terrorista dirigida por Osama Bin Laden.
El clérigo cumple una pena de siete años de prisión en Gran Bretaña por fomentar el odio racial e incitar a sus seguidores a matar a los no creyentes y sus abogados habían gestionado una apelación final para conseguir una cuestión de ley ante la Cámara de los Lores que lograse impedir su envío a Norteamérica.
Sin embargo, la Corte de Apelaciones rechazó que el caso tuviese la trascendencia pública como para elevarlo ante los 'Law lord', máxima instancia judicial en Reino Unido, equivalentes en España al Tribunal Supremo, con la salvedad de que dependen del Parlamento, en lugar del poder judicial. Según el juez Igor, el estudio de la demanda concluyó que no había una importancia general como para remitirla a los Lores y, en consecuencia, la orden de extradición "debe ser aplicada".
No obstante, Hamza todavía tiene la posibilidad de renovar su solicitud directamente ante la Cámara de los Lores donde, en caso de que reciba una nueva negativa, sus abogados barajan la posibilidad de llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como último recurso tras una lucha iniciada a partir de la orden de extradición tramitada en mayo de 2004 en la Corte de Magistrados de Westminster.
PRIMER PASO
Este primer paso abrió el camino al traslado de Hamza a Estados Unidos desde la prisión de alta seguridad londinense de Belmarsh en la que actualmente se encuentra recluido, lo que llevó en febrero a la ministra del Interior, Jacqui Smith, a dar su aprobación final y posteriormente al Supremo a ratificar que la "conclusión clara" a la que había llegado su colega había sido "adecuadamente realizada" y la decisión consecuente de la titular de Interior era "inexpugnable"
Por su parte, la defensa ha mantenido desde un principio que la extradición era ilegal, puesto que era "fruto de la tortura", una práctica de la que, según los abogados de Hamza, hay "claras evidencias" de haber sido usada para reunir las pruebas que posteriormente llevaron a demandar la extradición. Aparte, incidieron que que sería "injusto y tiránico" acceder a esta reclamación por el tiempo transcurrido y la propia incompatibilidad con los derechos humanos del clérigo y añadieron que cualquier juicio a mayores debería tener lugar en suelo británico.
Sin embargo, estas alegaciones no convencieron a los jueces, que declararon que la base de que las evidencias recabadas por Washington se habían obtenido a partir de la tortura no tenían sentido, puesto que "el argumento falla a la hora de reconocer que, a diferencia de las pruebas obtenidas directamente de la tortura, los 'frutos del árbol venenoso' están, en principio, admitidos por la ley".
En consecuencia, juzgaron que a este respecto "no hay diferencias fundamentales entre la obtención de estas evidencias en este país --Reino Unido-- o Estados Unidos" y consideraron que las pruebas de las que depende la demanda norteamericana "no hacen pensar lo suficiente en ninguna cámara de tortura como para requerir su exclusión en un juicio en este país", además de que las alegaciones sobre esta base habían sido presentadas "en términos generales y sin apoyo de evidencia alguna".
ANTECEDENTES
En este contexto, los antecedentes de Hamza están ligados a episodios terroristas de magnitud como los atentados de Londres del 7 de julio de 2005, cuyos autores se habían inspirado en sus sermones, al igual que los del atentado frustrado de dos semanas después, puesto que los promotores eran devotos habituales de la mezquita de Finsbury Park en la que ejercía como imán.
No obstante, el 2003 había sido relegado de su posición a raíz de los discursos de apoyo a Al Qaeda y sus críticas a la invasión de Irak y en mayo de 2004 se convirtió en el primer arrestado bajo el tratado de extradición anglo-americano, después de que la policía irrumpiese en su casa. Sin embargo, el proceso fue retrasado cuando recurrió contra los cargos presentados en su contra.
En consecuencia, si el último recurso de la apelación directa ante la Cámara de los Lores es rechazado, el camino para la extradición quedará despejado y afrontará un proceso en el que, entre otros de los cargos presentados, figura la supuesta colaboración con los secuestradores que en 1998 retuvieron a turistas occidentales en una fiesta en Yemen.
