LONDRES, 27 Sep. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -
El Gobierno británico afronta un nuevo escándalo relacionado con la pérdida de datos tras el robo de expedientes con información de miles de militares de la Royal Air Force (RAF) que se encontraban almacenados en discos duros externos y que el pasado miércoles efueron extraídos de las oficinas de Innsworth, en el condado ingles de Gloucester.
El suceso se suma a una cadena de antecedentes en la que figuran deste detalles de beneficiarios de prestaciones por hijo, casi la mitad de la población en consecuencia, con unos 25 millones de afectados, a informes de alta seguridad nacional, por lo que el propio Ministerio de Defensa reconoció asumir la cuestión "de forma extremadamente seria", si bien todavía desconoce con precisión los contenidos de los dispositivos informáticos.
En este punto, un portavoz del departamento confirmó ya la apertura de una investigación por parte de la policía del ministerio, con el apoyo de las fuerzas de seguridad del condado, para esclarecer el destino de tres discos externos que se encontraban en un área de supuesta alta seguridad de la Agencia de Servicio Personal y Veteranos de la RAF, que presta cobertura a unos 900.000 militares en activo y retirados.
Además, el departamento de Defensa ha habilitado también una línea telefónica para los afectados, si bien, "a la vista del curso y naturaleza de las investigaciones policiales, sería inapropiado comentar nada más en este punto". Así, aunque está por determinar exactamente la naturaleza de los datos, dos de los discos podrían contener datos potencialmente sensibles, mientras que el tercero carecería de información de carácter personal.
