R.Unido.- Testigos de los atentados fallidos del 21-J cuentan como cundió el pánico en uno de los vagones afectados

Actualizado: jueves, 25 enero 2007 18:38

LONDRES, 25 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Marta Altuna) -

Testigos de los atentados fallidos del 21 de julio de 2005 describieron hoy en el juicio que se sigue en Londres contra seis acusados como cundió el pánico en uno de los vagones de los trenes en los que se quería hacer explotar una bomba.

El responsable del tren, David Johnson, contó que nunca había visto a gente tan asustada, rompiendo ventanas gritando y tratando de escapar. Las grabaciones de las cámaras que se encontraban en la estación de metro de Warren Street muestran a Yassin Omar, uno de los acusados, corriendo y dirigiéndose hacia las escaleras para salir de la estación.

Varios pasajeros describieron un olor a ácido y otros indicaron que como consecuencia de la explosión del detonador Omar se agujereó la camisa.

Una de las testigos, Karolin Starzymska, explicó que estaba sentada en el mismo vagón que Omar y que vio como éste saltó cuando hizo explosión el detonador y comenzó a correr. Otro de los pasajeros, Ashish Moraji, dijo que "la gente gritaba porque creían que iba a haber otra explosión".

Después de la explosión fallida Omar salió de la estación y fue a un café cercano donde pidió al camarero un vaso de agua que se echo en su cara diciendole que había habido una alerta de bomba en Warren Street. Durante el juicio, expertos forenses indicaron también que se encontraron las huellas dactilares de Omar en los restos de la fallida bomba.

Los seis acusados en este caso son Muktar Ibrahim, Manfo Asiedu, Hussein Osman, Yassin Omar, Ramzi Mohammed y Adel Yahya. Todos ellos niegan los cargos de los que se les acusa. El juicio se está llevando a cabo en el tribunal de Woolwich Crown, en el sureste de Londres. Los atentados fallidos tuvieron lugar en las inmediaciones de las estaciones de metro de Warren Street, Oval y Shepherd's Bush y en un autobús en Hackney. Ocurrieron exactamente dos semanas después de que cuatro terroristas suicidas acabaran con la vida de 52 pasajeros del sistema de transporte público londinense.