Sarkozy niega haber gritado a Barroso

Actualizado: jueves, 16 septiembre 2010 19:27


BRUSELAS, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha negado haber gritado al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, durante el debate sobre las expulsiones de gitanos celebrado en el Consejo Europeo y ha asegurado que ha conservado la calma pese a lo que considera "insultos a su país" por parte de la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario y responsable de Justicia, Viviane Reding.

Por su parte, Durao Barroso se ha negado a aclarar si ha habido una bronca entre él y Sarkozy. Se ha limitado a recordar que Reding ya se disculpó este miércoles por su paralelismo entre el Gobierno francés y la Alemania nazi y ha lamentado la "retórica" de París contra la Comisión.

"Si hay alguien que ha conservado la calma y que se ha abstenido de comentarios excesivos soy yo", ha afirmado Sarkozy en rueda de prensa al ser preguntado por las declaraciones del primer ministro búlgaro, Boyko Borissov, que había hablado de "una disputa, por no decir una bronca", entre Barroso y Sarkozy.

"Conozco bien al presidente Barroso y lo aprecio. Lo he apoyado como presidente de la Comisión y he apreciado que se distancie de las expresiones empleadas por su vicepresidenta. Pero soy el jefe del Estado francés, no puedo dejar que se insulte a mi país", ha señalado Sarkozy.

"La Comisión y nosotros estamos en la misma posición, las cosas van a recuperar la normalidad y si no hubiera habido estas declaraciones ultrajantes (en referencia a Reding) la situación se hubiera podido gestionar normalmente", ha agregado.

Por su parte, Barroso ha dicho que quería "dejar atrás" su supuesto enfrentamiento con Sarkozy y ha reiterado que el Ejecutivo comunitario seguirá cumpliendo su papel de guardián de los Tratados. "Cualquier tipo de discriminación a las minorías étnicas en Europa es inaceptable, el respeto de la dignidad humana es un valor sagrado para la UE", ha indicado.

"Es verdad que en la pasión del debate hemos oído comentarios exagerados. La vicepresidenta de la Comisión lo ha reconocido ella misma. Otros deberían hacer lo mismo. La Comisión podría también quejarse de cierta retórica", ha explicado Durao Barroso, en referencia a los comentarios del secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, cuestionando el papel del Ejecutivo comunitario.

Por su parte, el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha explicado que, tras el debate sobre los gitanos celebrado en durante la cumbre, todos los líderes europeos coinciden en que "las relaciones entre las instituciones europeas y los Estados miembros deben inspirarse en el respeto".

Además, los Veintisiete coinciden en que "un Estado miembro tiene el derecho y el deber deber de aplicar su legislación en su territorio en el marco del Estado de Derecho" y que a su vez la Comisión "tiene el derecho y el deber de hacer aplicar las directivas, entre otras la relativa a la libre circulación y a la no discriminación y de investigar si lo estima necesario". "Son dos derechos fundamentales que nadie cuestiona", ha dicho Van Rompuy.

Los líderes europeos se comprometieron a discutir en profundidad en otro Consejo Europeo los problemas de integración de los gitanos. "Nadie pone en duda los derechos fundamentales, la no discriminación entre los ciudadanos, no hay divergencias de punto de vista en cuanto a la sustancia".

Sarkozy fue "bastante agresivo" con Barroso en el debate sobre los gitanos, que se celebró durante el almuerzo de los líderes europeos, y centró sus intervenciones en las palabras de Reding, pese al intento del presidente del Ejecutivo comunitario de reconducir el debate a la cuestión de fondo, si las deportaciones de gitanos respetan o no la legislación europea, informaron fuentes comunitarias.

Otros líderes europeos, como la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro británico, David Cameron, consideraron "desafortunadas" las declaraciones de Reding pero defendieron el papel de la Comisión como guardiana de los Tratados.

La tensión entre Bruselas y París a cuenta de la política de Sarkozy sobre los gitanos se elevó después de que la vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, comparara la actitud del Gobierno francés con la Alemania nazi al anunciar su intención de expedientar a Francia por discriminación.

Barroso respaldó a su comisaria pero dejó claro que no había sido su intención establecer un paralelismo entre las expulsiones de Francia y los acontecimientos de la segunda Guerra Mundial. La propia Reding se disculpó por el malentendido que habían generado sus palabras.

No obstante, antes de la disculpa, Sarkozy había sugerido a la vicepresidenta de la Comisión acoger en su Luxemburgo natal a los gitanos expulsados.

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