Save the Children denuncia que 4,6 millones de niños pasan hambre en Siria

Dos niños en el campo de desplazados de Ain Issa, en el noreste de Siria
Dos niños en el campo de desplazados de Ain Issa, en el noreste de Siria - OCHA/HALLDORSSON - Archivo
Publicado: martes, 29 septiembre 2020 11:10

El 65% de los niños sirios no ha comido fruta en los pasados tres meses

MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

En Siria, el número de niños que sufren inseguridad alimentaria ha aumentado en 700.000 debido al impacto de la pandemia de la COVID-19, lo que suma un total de 4,6 millones de menores que en los últimos seis meses han enfrentado al hambre, según ha denunciado Save the Children.

En un informe, la ONG revela que el coronavirus, los años de violencia y la pérdida masiva de empleos "han devastado los medios de vida de millones de personas en Siria", a lo que se suma la depreciación de la moneda y la reducción del flujo de mercancías, que han provocado que los precios de los alimentos sean cada vez más altos.

"Las familias se han visto abocadas a dejar de comprar alimentos frescos como carne, fruta o verdura, y a depender del arroz o los cereales durante semanas", denuncia el informe, que recoge una encuesta en la que se muestra que, durante casi tres meses, "el 65 por ciento de los niños sirios no han comido ninguna pieza de fruta". La situación "es aún más grave" en el noreste de Siria, ya que hay niños que llevan casi nueve meses sin comer fruta.

RIESGOS DE POR VIDA

La ONG advierte de que "la falta prolongada de alimentos nutritivos en las comidas diarias puede causar riesgos de por vida para los niños, incluyendo el retraso en el crecimiento o la desnutrición crónica, que ya padecen medio millón de niños sirios", uno de cada ocho.

Los niños sirios "se enfrentan a innumerables riesgos para su salud y su bienestar, como el retraso en su crecimiento, que limita su capacidad para luchar contra las enfermedades, aumenta la probabilidad de sufrir ansiedad y depresión, y conduce a un bajo rendimiento en la escuela", incide la directora de emergencias de Save the Children en Siria, Sonia Khush.

Ante esta situación, Save the Children hace un llamamiento a la comunidad internacional para que "realice esfuerzos conjuntos para mejorar la disponibilidad de alimentos", unas necesidades alimentarias que "solo reciben una financiación del 11 por ciento", aunque la situación esté empeorando por la COVID-19 y por las repercusiones económicas del conflicto.

Por otra parte, también pide un acceso humanitario "sin restricciones" y la reapertura de los pasos fronterizos, incluido el de Bab al Salam --al norte de Alepo--, cerrado desde julio, "para poder aliviar el sufrimiento de las familias y de los niños que siguen luchando en medio de una prolongada crisis económica y la propagación de la pandemia".

SITUACIÓN CRÍTICA

"No siempre comemos por la noche porque no hay pan", explica Faten, de 10 años y que vive en un campamento de desplazados en el noroeste de Siria. "Cuando estábamos en casa podíamos comer lo que quisiéramos, pero aquí ya no podemos permitirnos comprar la comida que necesitamos", relata.

En el norte del país, Save the Children distribuye paquetes de alimentos con frutas y verduras frescas, destinados a las mujeres embarazadas y a las madres primerizas para combatir el hambre, y apoyar la alimentación de sus hijos. También proporciona asesoramiento dietético y realiza pruebas de detección de la malnutrición.

"Toda una generación de niños y niñas se enfrenta al riesgo de la malnutrición, porque sus familias simplemente ya no pueden permitirse llevar un plato de comida a la mesa. Es necesario actuar ya antes de que su situación empeore"", advierte Khush.

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