Serraj pide "un diálogo constructivo" en Libia y dice que Trípoli "ha demostrado que quiere la paz y no la guerra"

El primer ministro del gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj
El primer ministro del gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj - Cia Pak/UN General Assembly/dpa - Archivo
Publicado: jueves, 24 septiembre 2020 23:35

Pide apoyo internacional para sacar adelante "unas elecciones que los libios esperan desde hace demasiado tiempo"

MADRID, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Fayez Serraj, ha subrayado este jueves la necesidad de "un diálogo constructivo" para superar el conflicto en el país y ha reiterado que las autoridades de Trípoli "han demostrado una y otra vez que quieran la paz y no la guerra".

"Queremos un diálogo constructivo como única forma de superar la crisis", ha manifestado ante la Asamblea General de Naciones Unidas, antes de recalcar que su Ejecutivo "está en las iniciativas para solucionar la situación". "Queremos prevenir los derramamientos de sangre y de vidas", ha agregado.

"Cada vez que tengo la oportunidad de dirigirme a esta asamblea me gustaría poder hablar del final de la difícil transición en mi país, hablar de superar los grandes retos y crear un futuro de un Estado democrático en el que el poder se transfiera pacíficamente, la primacía del Derecho prevalezca y los Derechos Humanos y la dignidad se protejan", ha destacado, al tiempo que ha lamentado que "algunos actúan para socavar estas aspiraciones".

Así, ha hecho hincapié en que para hacer frente a las diversas crisis en las que está sumido el país es necesaria "la formulación de políticas por parte de un Gobierno de unidad nacional electo", por lo que ha apostado por "un acuerdo sobre una base constitucional y la organización de elecciones presidenciales y parlamentarias".

Serraj ha pedido "apoyo internacional para que el éxito de las elecciones, unas elecciones que los libios esperan desde hace demasiado tiempo". "Así se acabará con la crisis de legitimidad", ha argüido.

De esta forma, ha apuntado que "es necesario reanudar el diálogo político y que en él participen todos los interlocutores sobre el terreno, todas las facciones y partidos, todas las regiones y todos los segmentos de la sociedad, independientemente de su ideología".

"La única excepción serían aquellos cuyos crímenes han quedado demostrados jurídicamente y han derramado sangre libia", ha dicho, antes de cargar contra el general Jalifa Haftar, vinculado con las autoridades asentadas en el este del país, por su ofensiva contra Trípoli. Así, ha hablado de un "ataque tiránico" que ha provocado "demasiadas pérdidas en vidas humanas y materiales como para que sean enumeradas aquí".

El primer ministro ha destacado que "la agresión contra Trípoli es una grave violación de los Derechos Humanos a través de la destrucción, el asesinato, el desplazamiento, el uso de minas y las ejecuciones que ha quedado demostradas con las fosas comunes encontradas en Tarhuna" y ha reiterado el compromiso de Trípoli con colaborar con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en torno a estos crímenes.

"Desafortunadamente hubo algunos países que proporcionaron material y otras cosas, países que conocen todos", ha manifestado, en referencia a Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Rusia, entre otros. "Esto es inaceptable. Viola la independencia y la soberanía de Libia y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y el Derecho Internacional", ha sostenido.

En este sentido, ha resaltado que "no cabe duda de que esa conducta no se puede comparar con los acuerdos legítimos concertados por gobiernos legítimos", apuntando así a los acuerdos alcanzados por Trípoli y Turquía, que incluyeron un apoyo militar por parte de Ankara que permitió al Gobierno de unidad repeler la ofensiva de Haftar.

"Con la derrota del enemigo hemos seguido tratando de superar todos los obstáculos" ha manifestado Serraj, quien ha pedido a todos los países que "reexaminen sus posiciones" y "discutan con el Gobierno de unidad las vías para aplacar sus preocupaciones".

En esta misma línea, ha abogado por "el respeto mutuo y la no injerencia en los asuntos internos" y ha reiterado que "las milicias (extranjeras que apoyan a Haftar) deben volver a sus países y los puertos y los campos petrolíferos deben quedar abiertos".

Serraj ha destacado que los motivos del levantamiento contra el régimen de Muamar Gadafi en 2011 fueron obtener "un Estado civil y democrático". "Es la aspiración por la que nos rebelamos los libios y es lo que queremos", ha añadido.

"Aspiramos a vivir en un Estado con una transferencia de poder pacífica, respeto de los Derechos Humanos y en el que prevalezca el Estado de Derecho", ha dicho, antes de sostener que este país debe "cooperar con los vecinos y renunciar al extremismo".

"Los libios son capaces, con la colaboración y asistencia de los amigos, de lograr un futuro próspero. Esperamos que rápidamente acabe esta fase tan dolorosa y que el Estado se transforme para que haya democracia y pluralismo", ha manifestado.

HACER FRENTE A LA MIGRACIÓN IRREGULAR

En otro orden de cosas, Serraj ha dicho que es "muy importante" hacer frente a la migración irregular y ha subrayado que "los migrantes que se exponen a los peligros y los males de las redes de traficantes".

"La migración es una tragedia humana y la comunidad internacional no parece haber respondido ante ella hasta ahora. Somos un país de tránsito, con grandes repercusiones a nivel económico y social a causa de este fenónemo, que ha exacerbado nuestra inestabilidad y ha sido negativo para nuestra sociedad", ha lamentado.

En este sentido, ha argumentado que "es difícil atender a ese fenómeno sin asistencia extranjera que esté a la altura de los retos" y ha apostado por "mayores consultas con las organizaciones internacionales a fin de conseguir información objetiva sobre los migrantes en Libia y los problemas que tienen".

"No creemos que los informes unilaterales con información exagerada y no fiable ayuden a encontrar soluciones", ha manifestado Serraj, que los ha tildado de "lamentables" porque "se centran en las supuestas violaciones por parte de las autoridades del país sin que se mencionen los esfuerzos e esas autoridades para atender los intereses de esos migrantes".

"Tampoco se tiene en cuenta que medio millón de migrantes irregulares trabajan en diferentes sectores y viven pacíficamente, enviando remesas a sus países de origen", ha señalado, en referencia a las denuncias de diversas organizaciones no gubernamentales sobre abusos contra los migrantes que se encuentran en el país.

Por todo ello, ha resaltado que "en la actualidad hay un consenso internacional en cuanto a que los retos de la migración son mayores que las capacidades de una sola nación" y ha agregado que "Libia es víctima de la migración, y no su razón".

"Reiteramos que la solución ideal es atender a las causas profundas de la migración. La comunidad internacional debe ayudar a los países de origen y alentarlos a cumplir con verdaderos programas de desarrollo y mejorar el rendimiento de sus sectores", ha defendido.

"Debe hacerse todo lo posible para hacer frente a la pobreza, el desempleo y todos los problemas que llevan a las personas a emprender viajes que ponen en peligro su vida", ha remachado.

Por último, ha reiterado su llamamiento para que el Consejo de Seguridad de la ONU ponga fin a la congelación de activos impuesta al país en 2011 para presionar a Gadafi. "El propósito de esas sanciones e mantener los activos y fondos de Libia, no seguir socavándolos", ha argumentado.

El discurso del primer ministro del Gobierno de unidad ha llegado una semana después de que expresara su disposición a dimitir a finales de octubre, como máximo, y traspasar los poderes a un nuevo organismo ejecutivo que surja de las conversaciones en marcha con las autoridades orientales.

La duplicidad institucional se retrotrae a las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones, sin que las asentadas en el este --anteriormente reconocidas por la comunidad internacional-- y el Gobierno de unidad, surgido de un acuerdo en 2015, consiguieran pactar su unificación desde entonces.

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