Los sicarios mexicanos del narcotráfico rompen su tradicional 'código de honor' al asesinar a dos niños

Actualizado: viernes, 18 enero 2008 12:48


MEXICO DF, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los sicarios mexicanos están rompiendo su tradicional 'código de honor' al haber asesinado esta semana a dos niños, lo que supone un ataque sin precedentes en la guerra que enfrenta a las autoridades con los narcotraficantes.

Unos pistoleros mataron a un niño de 3 años y a una niña de 9, además de herir de gravedad a otra pequeña de 12 años en la ciudad fronteriza de Tijuana, uno de los focos del narcotráfico hacia Estados Unidos, al intentar matar a un jefe de Policía.

Hasta los endurecidos habitantes de Tijuana, donde sólo el año pasado más de 300 personas fueron asesinadas en actos violentos vinculados con el narcotráfico y donde han aparecido cabezas de víctimas en calles de la ciudad, están conmocionados por las fotografías del cuerpo acribillado del pequeño José Luis Ortiz.

"¿Cuánto tiempo más hay que esperar para que haya resultados por parte de los militares? Ahora resulta que están matando a nuestros hijos", señaló la empleada de una tienda de Tijuana, informa la prensa local.

Ortiz, su madre y su padre fueron tiroteados mientras dormían el lunes por la noche. Los sicarios confundieron al padre del niño con un oficial de Policía y no tuvieron escrúpulos para matar al pequeño. Horas después, los pistoleros encontraron al policía que buscaban y también lo asesinaron junto con su esposa y su hija más pequeña, e hirieron a su otra hija.

RESPUESTA A LA PRESIÓN DEL GOBIERNO

Victor Clark, experto en narcotráfico de la Universidad de San Diego, opinó que "esta es una nueva estrategia para atacar a familias y a niños como respuesta a los operativos militares del Gobierno contra los cárteles". "Quieren sembrar terror y miedo para agobiar a las autoridades", apuntó.

Durante tres décadas, los sicarios de los cárteles del narcotráfico que envían cocaína a Estados Unidos han respetado en general un 'código de honor' que prohíbe asesinar a mujeres y niños y que se conviertan en adictos a las drogas con las que trafican.

Pero, en medio de una guerra entre cárteles por el control de las rutas del tráfico y el despliegue de 25.000 soldados y policías federales para combatir al narcotráfico, la violencia se ha disparado a niveles inimaginables y muchos traficantes se han hecho adictos a su mercancía.

En el último episodio violento, policías y hombres armados se enfrentaron ayer durante tres horas en una cruenta batalla en las afueras de un jardín de infancia en el centro de Tijuana, dejando un balance de seis muertos. Docenas de menores fueron evacuados del lugar, muchos de ellos llevados en brazos por soldados enmascarados, según mostró la televisión mexicana (en la imagen).

Calderón ha hecho del combate a los cárteles de la droga una prioridad desde que asumió el poder hace ahora un año. Buena parte de esta campaña se ha centrado en Baja California, el estado más afectado con más de 400 muertes vinculadas al narcotráfico.