BAGDAD, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
Tropas estadounidenses mataron hoy a cinco insurgentes en el norte de Bagdad, donde también destruyeron una factoría empleada para montar bombas, mientras en el resto del país al menos 15 personas han muerto en distintos episodios.
Por otra parte, fuerzas conjuntas estadounidenses e iraquíes han lanzado una operación en el tradicional bastión bagdadí suní de Ghaziliyah, a partir de registros casa por casa con la intención de detener a presuntos milicianos y donde se incautaron varios arsenales de armas, según explicó un oficial del Ejército iraquí, que no quiso dar su nombre ya que la operación no se ha hecho pública.
Entre las 15 víctimas mortales hoy contabilizadas en Irak, se incluye un civil que pereció de forma accidental cuando la Policía iraquí hizo detonar un camión cargado de explosivos después de divisarlo en un aparcamiento cerca del Ministerio de Finanzas iraquí, en el norte de la capital. En la explosión, teóricamente controlada, resultaron también heridas otras 12 personas, incluidos tres guardias de seguridad del Ministerio y provocó el derrumbe parcial de una de las principales autovías que une el norte y el sur de Bagdad, según fuentes policiales.
La zona residencial de Madain, 20 kilómetros al sureste de Bagdad, fue alcanzada por una bomba de mortero que dejó al menos tres civiles muertos e hirió a otras 10 personas.
Por otra parte, un miliciano suicida detonó el camión en el que viajaba en la sede del partido kurdo Unión Patriótica del Kurdistán, en el norte de la ciudad de Mosul, provocando la muerte de al menos tres personas e hiriendo a otra veintena.
Además otras tres personas han muerto y dos más han resultado heridas por las bombas colocadas en carreteras en el este de Bagdad y que tenían por objetivo alcanzar una patrulla de Policía.
En un pueblo cercano a Kut, 160 kilómetros al sureste de Bagdad, varios hombres armados mataron a tres milicianos chiíes, uno de los ataques de índole sectaria registrados hoy en Irak.
Asimismo, se describieron los cuerpos de dos agentes de Policías iraquíes, ambos con las manos esposadas y con signos de haber sido torturados, en Diwaniya, escenario de recientes enfrentamientos y situada a unos 130 kilómetros al sur de Bagdad.
