MOGADISCIO, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
Entre 50.000 personas residentes en Mogadiscio se han visto obligadas a desplazarse desde abril pasado a dos pequeñas ciudades del centro de Somalia por la violencia que se vive en la capital, según informaron las autoridades.
Los desplazados viven en la actualidad en condiciones desastrosas, con una alimentación inadecuada y graves problemas sanitarios en la región central de Galgadud, principalmente en las ciudades de Dusa Mareb y Guri-Eil, unos 500 kilómetros al norte de Mogadiscio.
"Nuestra estimación es que desde el pasado mes de abril entre 4.000 y 5.000 familias -entre 24.000 y 30.000 personas- han llegado al distrito de Dusa Mareb, capital de Galgadud", informó a la agencia de noticias de la ONU el comisionado del distrito, Mohamed Madobe.
Muchos habitantes de la ciudad, que tienen una población estimada de al menos 30.000 personas, han acogido en sus casas a tres o cuatro familias desplazadas cada uno, y muchos otros viven en edificios gubernamentales abandonados en "pésimas condiciones" sanitarias.
Madobe precisó que un pequeño número de desplazados regresó a Mogadiscio en agosto pasado, pero desde finales de septiembre están llegando nuevos desplazados. "En la última semana han llegado varios autobuses y camiones con mucha gente", explicó.
ESCALADA DE PRECIOS
La constante llegada de desplazados a la zona no sólo ha duplicado la población de la ciudad sino que ha contribuido a una escalada de precios de muchos productos de primera necesidad. "Un saco de 50 kilos de harina costaba 14 dólares y ahora 30 dólares", indicó.
Una situación similar se está viviendo en la ciudad vecina de Guri-Eil, donde las autoridades estiman que la población local ha acogido a unas 28.000 personas, según informó el comisionado del distrito, Ali Sheij Mahamud.
Los habitantes de Guri-Eil se sitúan en torno a 25.000 personas y las familias han tenido que recibir a un gran número de desplazados. "La población de nuestro distrito era ya de por si pobre y ahora se tienen que hacer cargo de familiares y amigos", precisó.
El Comité Internacional de Cruz Roja distribuyó comida, utensilios y ropa entre los desplazados en agosto pasado pero desde entonces no llega nada. "Se espera que las raciones durarán tres meses pero muchos las venden para comprar otras cosas", indicó Mahamud.
A los problemas de alimentación se suman ahora los sanitarios, con la aparición de enfermedades contagiosas y, según un médico local, si no se encuentran pronto soluciones es posible que se extienden a gran parte de la población.
Otro problema grave añadido es que la mayoría de los afectados por estos brotes de enfermedades como desnutrición, neumonía, anemia o diarrea, son mujeres y niños, que en este tipo de conflictos suelen ser los más vulnerables.
