Somalia.- Continúan los enfrentamientos en Mogadiscio, con nueve muertos en las últimas horas

Actualizado: sábado, 13 mayo 2006 20:02

El último balance habla de al menos 140 personas y otras 270 heridas ROMA, 13 May. (EUROPA PRESS) -

Hoy, por séptimo día consecutivo, Somalia vivió nuevos enfrentamientos entre la 'Alianza antiterrorismo' de los señores de la guerra y las milicias armadas de los Tribunales denominados islámicos, a pesar de los llamamientos a la tregua lanzados por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, Estados Unidos y la Liga Arabe.

Según la MISNA, que cita fuentes de prensa local, anoche se retomaron los combates abandonados parcialmente durante la jornada de ayer, especialmente en las localidades de Siisii y Lafwein, epicentros de lo peor de la violencia. En concreto, un impacto de mortero cayó contra el mercado local, provocando dos víctimas. Además, otras siete personas habrían muerto durante la noche.

"Esta mañana todavía se escuchan disparos, estas últimas horas, otros seis pacientes han sido trasladados a nuestro hospital. Desde el pasado domingo, día en que comenzaron los combates, 170 heridos han llegado aquí", aseguró a la MISNA el director del hospital Keysaney, Yusuf Hassan. Este centro médico se encuentra en los barrios del norte de la capital, Mogadiscio, cerca del lugar de los enfrentamientos.

"Los civiles que llegan aquí traen heridas de arma de fuego y mortero: podéis imaginar cuáles son las consecuencias de los enfrentamientos entre la población civil", explicó Hassan, que gestiona el hospital con la colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

El balance global de la 'batalla de Mogadiscio', la más cruel de los últimos años, es difícil de indicar con precisión. Según la agencia misionera, parece claro que durante la última semana han muerto al menos 140 personas y otras 270 han sufrido heridas. "Se trata sobre todo de civiles, mujeres y niños también", dijo Hassan.

Según una emisora de radio local, miles de personas habrían abandonado no sólo los barrios de Mogadiscio --donde tienen lugar los enfrentamientos-- sino también en la capital misma, en dirección a las regiones de Lower y Middle Shabelle, que además sufre desde ahce meses una fuerte sequía, mitigada, sólo parcialmente, por las últimas lluvias.

Hasta el momento, todos los intentos puestos en marcha por líderes tradicionales y algunos activistas locales para alcanzar el fin de la violencia no han logrado ningún fruto.

Los enfrentamientos por el control de Mogadiscio se han incrementado desde el pasado domingo, cuando los extremistas islámicos, quienes además poseen lazos con la organización terrorista Al Qaeda, y los señores de la guerra, relacionados con Estados Unidos, tomaron posiciones estratégicas a lo largo y ancho de la ciudad.

Somalia no tiene Gobierno central efectivo desde 1991, momento en el que los señores de la guerra expulsaron al dictador Mohamed Siad Barre y después se enfrentaron entre ellos por el control del país. Desde entonces, la nación, de una población estimada de ocho millones de personas, permanece en la anarquía, dividido en zonas de influencia de cada señor.

Los fundamentalistas islámicos, que se han tratado de promocionar a sí mismos como el grupo capaz de tomar control sobre el país y devolver el orden y la paz, no han renunciado al uso de la fuerza y tienen lazos declarados con la organización terrorista Al Qaeda.

La otra parte mayormente implicada en el conflicto, la Alianza, podría estar siendo respaldada por Estados Unidos. Según declaró el presidente somalí del transición, Abdullahi Yusuf Ahmed a Associated Press la semana pasada, el Gobierno de Geoge W. Bush, estaría apoyando a esta milicia, como medio para luchar contra Al Qaeda.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, urgió ayer a las facciones en conflicto en Somalia a ponerle un fin inmediato a los enfrentamientos y exhortó a todas las partes implicadas a respaldar a las instituciones federales de transición en la tarea de implementar la Carta de la Transición en el país africano. En un comunicado, Annan expresó su gran preocupación por la creciente violencia.