Somalia.- El Gobierno de Transición advierte que el país se convertirá en feudo de Al Qaeda si avanzan los islamistas

Actualizado: viernes, 3 noviembre 2006 23:06

El Gobierno interino pide el levantamiento del embargo de armas para detener el avance de los Tribunales Islámicos

LONDRES, 3 Nov. (EP/AP) -

El ministro interino de Exteriores de Somalia, Ismael Mohamoud Hurreh advirtió hoy de que si no se detiene el avance de los islamistas en su país, esto podría permitir a la red terrorista Al Qaeda instalarse a salvo dentro de sus fronteras, lo que traería repercusiones violentas en el resto del mundo.

Hurreh, miembro del debilitado Gobierno de Transición somalí, afirmó que la solución para su país es el levantamiento del embargo de armas impuesto por la ONU y el apoyo de las tropas extranjeras, lo que permitiría detener la marcha de las milicias islámicas, que controlan desde junio la capital, Mogadiscio, y gran parte del centro y sur del país.

Muchas zonas de la nación del Cuerno de África están en peligro de caer en manos de militantes respaldados por Al Qaeda, explicó el ministro en una entrevista a AP, debido a la suspensión de las negociaciones de paz y a la falta de apoyo de otros vecinos de Somalia.

"Hay una ingenuidad en términos de entendimiento de la dinámica de lo que está sucediendo en Somalia, si la situación continúa en esta línea, las consecuencias serán extremas", señaló Hurreh. "Creo que es una gran amenaza y si no se comprueba, podría tener inminentes y muy muy peligrosas consecuencias", insistió, recalcando que éstas no serían únicamente "para los Vecinos sino mucho más allá".

Hurreh alegó que el movimiento islámico ha establecido "lazos permanentes y funcionales" con Al Qaeda. Esta es la misma tesis que mantiene el Gobierno estadounidense, que ha incluido a algunos de los líderes del Consejo de Tribunales Islámicos en su lista de terroristas.

El Gobierno de Transición, respaldado por la ONU aunque sin poder real en el país, cree que los combatientes extremistas han llegado a Mogadiscio procedentes de Pakistán, Arabia Saudí, Chechenia, y otros lugares que apoyan al movimiento, según trasmitió Hurreh.

En este sentido, recordó que la apertura este verano del puerto y el aeropuerto de la capital por los islamistas estaba destinado únicamente a facilitar la llegada de militantes. "¿Cuál fue la razón? Sólo facilitar el acceso a Al Qaeda en Somalia de nuevo, ese es el por qué", sentenció.

Según el ministro de Exteriores, documentos redactados por líderes de los Tribunales Islámicos, que ha obtenido el Ministerio, incluyen llamamientos a ataques suicidas en Kenia, Etiopía y países vecinos. Esta, curiosamente, es también la misma tesis de Estados Unidos, que emitió ayer una advertencia a sus cuidadnos presentes en Kenia y etiopía por la supuesta presencia de terroristas somalíes que estarían buscando objetivos.

SIN FUNDAMENTO

En cambio, la Unión de Tribunales Islámicos señaló en este sentido que "el comunicado norteamericano no tiene fundamento", según manifestó el portavoz, Abdirahim Ali Mudey. "Los americanos quieren acusarnos de ser responsables de explosiones", insistió Mudey, añadiendo que ha recibido información de que la CIA, junto con agentes de inteligencia de Kenia y Etiopía, están plantando bombas en Nairobi y Addis Abeba como parte de un plan para tachar al grupo islámico de fundamentalista.

Hurreh afirmó que estos documentos además instan al asesinato de los líderes políticos en Somalia y Somaliland, estado separatista que declaró su independencia de Somalia en 1991, pero que no ha sido reconocida internacionalmente.

Cuando el movimiento islámico tomó el control de Mogadiscio el pasado verano, Usama bin Laden felicitó a sus líderes y les dio "instrucciones para eliminar el liderazgo del Gobierno de Transición Federal", reclamó el ministro somalí.

Afirmó también que muchos miembros de Al Qaeda que habían estado en Sudán y Somalia en los ochenta y a principios de los noventa desean retornar ahora a Somalia, porque les proveería de una base perfecta para controlar "los Gobiernos de la península Arábiga, los Emiratos, Yemen y todo ese camino hacia Irak", señaló.

Además, el jefe de la Diplomacia somalí mantuvo que "muchos en el país no apoyan al movimiento islámico" y observan el conflicto como una perspectiva del regreso de Somalia a una guerra. "No les dejaremos que tomen el poder a través del cañón de un arma", afirmó Hurreh.

Por ello, volvió a solicitar el levantamiento del embargo de armas que pesa sobre Somalia desde 1992, un año después de la caída el dictador Siad Barre, para permitir al Gobierno detener a los Tribunales islámicos.