Publicado: jueves, 18 enero 2018 3:58

NAIROBI, 18 Ene. (Thompson Reuters Foundation/EP) -

El Gobierno de Somalia ha respondido este miércoles a las críticas de diversas ONG por la evacuación forzosa de miles de familias que estaban en 20 campamentos informales de desplazados a causa del conflicto y la sequía, asegurando que está investigando la situación.

Naciones Unidas y otras ONG han señalado que más de 4.000 familias --es decir, cerca de 20.000 personas-- vieron cómo sus viviendas eran demolidas el mes pasado en los asentamientos levantados en los alrededores de la capital, Mogadiscio.

Las demoliciones de las viviendas, ubicadas en terrenos privados, no fueron comunicadas previamente, y las autoridades no garantizaron tiempo a todas las familias para recuperar sus pertenencias antes de proceder a las mismas.

"Estamos muy preocupados respecto a los desalojos forzosos", ha dicho el ministro de Planificación, Inversiones y Desarrollo Económico, Gamal Hasán, asegurando que las autoridades "investigan" lo sucedido.

"Tenemos que asegurarnos de que investigamos y tenemos que asegurarnos de que sabemos qué pasó exactamente. Después publicaremos un informe para que se vea qué pasó y cómo pasó", ha indicado.

Somalia, país en el que viven más de doce millones de personas, se ha visto azotado por una sequía sin precedentes a causa de las escasas lluvias durante cuatro temporadas consecutivas. Asimismo, está sacudido por el conflicto con la milicia islamista Al Shabaab, vinculada a la organización terrorista Al Qaeda.

La ONU ha manifestado que la sequía y la violencia ha forzado a más de dos millones de países a abandonar sus hogares, a menudo acudiendo a asentamientos informales en los alrededores de las ciudades.

En este sentido, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha apuntado este mismo miércoles que más de 2,4 millones de somalíes tienen graves necesidades alimentarias y 866.000 de ellas están ya en una situación de emergencia, a solo un paso del nivel de hambruna.

El número de personas con necesidades alimentarias duplicó en 2017 la media de los últimos cinco años y, en el caso de los somalíes en riesgo de hambruna, el dato se ha multiplicado por diez en solo doce meses.

La ONU ha advertido de que los desafíos aún persisten y ha subrayado que 1,2 millones de niños sufrirán malnutrición en 2018, entre ellos 232.000 cuya vida correrá peligro por un cuadro de malnutrición aguda severa.

La OCHA ha solicitado por ello 1.600 millones de dólares (unos 1.300 millones de euros) para proteger las vidas de 5,4 millones de somalíes en 2018, en el marco de unos esfuerzos que básicamente consisten en una extensión de los programas lanzados en 2017 para prevenir la hambruna.

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