El Supremo reinstaura a su magistrado jefe en el cargo considerando "ilegal" la orden de Musharraf

Actualizado: viernes, 20 julio 2007 22:02


ISLAMABAD, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo paquistaní restituyó hoy en su cargo a su magistrado jefe, Iftikhar Mohammed Chaudhry, considerando que su suspensión por el presidente del país, Pervez Musharraf, el pasado mes de marzo fue "ilegal". La noticia, recibida con júbilo por los abogados paquistaníes y la oposición, ha sido acogida con resignación por Musharraf, que se limitó a decir que "respeta la decisión" judicial.

Por diez votos a favor y tres en contra, los magistrados también anularon un caso por presunta mala conducta que Musharraf había remitido a un comité judicial separado contra Chaudhry.

El veredicto supone un importante revés para Musharraf y es quizá el mayor desafío a su poder desde que dio el golpe de Estado en octubre de 1999. Asimismo, podría complicar la renovación de su mandato otros cinco años este otoño.

El juez que presidió la sesión de hoy, Jalil-ur-Rehman Ramday, dijo que la orden de Musharraf de suspender a Chaudhry ha sido "aparcada por ser ilegal".

La reacción de Musharraf no se hizo esperar. Su portavoz, Rashid Qureshi, dijo que "el presidente respeta la decisión del Tribunal Supremo". "El presidente había dicho previamente que cualquiera que fuera el veredicto del Tribunal Supremo sería honrado, respetado y mantenido", explicó.

La suspensión de Chaudhry de su cargo el pasado 9 de marzo desencadenó protestas de los abogados del país y de los partidos de la oposición, que han ido en aumento hasta convertirse en un potente movimiento pro-democracia coincidiendo con una ola de violencia islamista a la que se enfrenta ahora Musharraf.

Mientras los abogados celebraban el veredicto en el exterior del Tribunal en Islamabad, el principal consejero de Chaudhry, Aitzaz Ahsan, indicó a la prensa que el caso contra la presunta mala conducta de Chaudhry ha sido "anulado". "Ha sido reinstaurado en su cargo y es una victoria para todo el país".

El veredicto también provocó celebraciones entre las concentraciones de cientos de abogados en las principales ciudades del país como Karachi, Multan, Faisalabad, Quetta, Peshawar o Rawalpindi. "Gracias a Dios, hubo justicia", declaró Ahsan Bhund, presidente de la Asociación de Abogados del Tribunal Superior de Lahore, durante un acto junto con otros 500 abogados.

BHUTTO CELEBRA EL VEREDICTO

Para la exiliada ex primera ministra Benazir Bhutto el veredicto de hoy del Supremo es uno de los más destacables en la historia judicial del país. El movimiento de apoyo a Chaudhry se ha convertido en una "lucha contra la dictadura, por la restauración de la Constitución y por la supremacía del Parlamento", declaró en un comunicado.

Musharraf suspendió a Chaudhry porque éste presuntamente se había aprovechado de su posición para conseguir un puesto en la Policía para su hijo y de gozar de privilegios que su cargo no garantiza, como el uso de aviones gubernamentales. El Gobierno insiste en que no se trata de un caso por motivos políticos y que la única opción que tenía Musharraf en virtud de la Constitución era suspender al magistrado.

Sin embargo, la oposición acusa a Musharraf de intentar acabar con un juez independiente para anticiparse a los eventuales impedimentos legales a su plan de pedir a los diputados que le concedan otro mandato de cinco años. El veredicto es visto, por tanto, como una confirmación de la independencia judicial en el país.

Desde la suspensión de Chaudhry, Musharraf ha visto cómo su apoyo caía entre los votantes y sus aliados políticos, sobre todo desde que salió en defensa de un partido pro-gubernamental que se cree que está detrás de los violentos enfrentamientos contra los partidarios de Chaudhry en Karachi en mayo pasado que dejaron unos 40 muertos.

OLA DE VIOLENCIA

La polémica por la suspensión del magistrado se ha visto eclipsada en las dos últimas semanas por el aumento de la violencia en el país, sobre todo a raíz del asalto del Ejército la semana pasada contra la Mezquita Roja de Islamabad, en la que estaban atrincherados milicianos islamistas junto con decenas de estudiantes islámicos, mujeres y niños, y que concluyó con un baño de sangre --algunas fuentes hablan de hasta 290 muertos--.

Desde entonces, el país, en especial la Provincia Fronteriza del Noroeste y las zonas tribales, ha sido escenario de varios atentados. La ola de violencia salpicó también esta semana al movimiento de protesta en torno al magistrado jefe, al hacerse estallar un terrorista suicida el martes en el lugar donde Chaudhry se disponía a pronunciar un discurso en Islamabad, matando a 18 personas.

Por ello, el primer ministro, Shaukat Aziz, hizo hoy un llamamiento a la unidad nacional en el país. "Este no es el momento de clamar victoria o derrota. La Constitución y la ley han prevalecido y deben prevalecer en todo momento", añadió.

Según Aziz, los próximos meses "tienen la llave para un Pakistán democrático, económicamente vibrante e islámico", en referencia a la prevista reelección de Musharraf en otoño y a las elecciones previstas para 2008. "Debemos unirnos todos contra la actual ola de extremismo y militancia", remachó.