BAGDAD, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
El nuevo presidente del tribunal que juzga al ex dictador iraquí Sadam Hussein, Raouf Abdel-Rahman, suspendió hasta el próximo miércoles el juicio, después de que la sesión de hoy acabara con un acusado sacado por la fuerza de la sala y el abandono de los abogados defensores y el propio Sadam al grito de "abajo los traidores".
Abdel-Rahman trató de demostrar que controlaba la situación y la audiencia continuó con las declaraciones de tres testigos de cargo.
Después de cuatro horas y media, el presidente del tribunal suspendió las audiencias hasta el próximo miércoles, aunque dijo que si ese día es fiesta el juicio se reanudará el jueves.
De momento se desconoce esta circunstancia, ya que se acerca el año nuevo islámico, y la fecha exacta dependerá de la aparición de una luna nueva para iniciar el mes lunar.
La alborotada audiencia de hoy no dejará de acrecentar las dudas sobre la imparcialidad del juicio. Ésta quedó en tela de juicio con la designación de Abdel-Rahman después que su antecesor renunciara ante las quejas de que no frenaba los frecuentes arrebatos de ira del ex dictador en la sala.
La imparcialidad del juicio es un asunto de interés vital en un país que trata de reconciliar a la minoría suní, que dominó Irak bajo la dictadura de Sadam, y la mayoría chií que controla el Gobierno después de la invasión estadounidense.
La sesión del hoy, la primera en más de un mes, degeneró casi de manera inmediata en un intercambio de insultos. Uno de los acusados, Barzan Ibrahim, fue sacado por la guardia después de insultar gravemente al tribunal, mientras Sadam clamaba "abajo los traidores" y "abajo los americanos".
Poco después, Abdel-Rahman hizo salir a un abogado defensor por discutir con él. El resto del equipo defensor salió ruidosamente, mientras el juez vociferaba: "¡Cualquier abogado que salga no podrá volver a este tribunal!".
Abdel-Rahman designó a cuatro abogados defensores nuevos, pero Sadam los rechazó. Con un ejemplar del Corán y otros papeles bajo el brazo, dijo que quería salir y discutió con el juez, quien ordenó a los guardias que lo sacaran de la sala. Otros dos acusados también rechazaron a sus nuevos abogados y pudieron salir.
La audiencia se reanudó con la presencia de cuatro de los ocho acusados y ninguno de los abogados defensores del principio. Una testigo de cargo anónima declaró desde atrás de una cortina, como han hecho ya otros para evitar posibles represalias.
