BANGKOK, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Al menos siete personas han muerto hoy, entre ellas cinco miembros de las fuerzas de seguridad, en distintos ataques perpetrados por presuntos insurgentes musulmanes en el sur de Tailandia, donde la ola de violencia de los últimos dos años se ha cobrado ya más de 1.300 víctimas.
En el incidente más sangriento, los insurgentes tendieron una emboscada a un convoy militar que protegía a maestros que se dirigían a la escuela a primera hora de la mañana en la provincia de Yala. Durante este ataque, una bomba de unos 20 kilos estalló alcanzando un camión militar y matando en el acto a un soldado.
Además, cuatro civiles que trabajaban como agentes de seguridad y sobrevivieron a la explosión fueron abatidos de un disparo en la cabeza por los cerca de 20 milicianos que les esperaban en las proximidades, según indica el diario 'The Nation' en su edición electrónica.
Poco después, explotó en las proximidades una segunda bomba, que se cree que tenía como objetivo evitar que las fuerzas de seguridad acudieran en ayuda de las víctimas del ataque inicial. Los atacantes consiguieron darse a la fuga con algunas de las armas de sus víctimas.
Entretanto, una tercera bomba explotó en el exterior de la casa de un responsable local en la vecina provincia de Narathiwat, sin provocar heridos. Además, los estudiantes de una escuela de esta misma provincia encontraron una cuarta bomba en el exterior del centro, que la Policía consiguió desactivar antes de que estallara.
Por otra parte, dos hombres musulmanes fueron abatidos en dos ataques separados desde vehículos en marcha atribuidos también a los milicianos musulmanes en esta misma provincia, según la Policía tailandesa.
