MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
Los talibán han anunciado tres días de tregua coincidiendo con la festividad del Eid al Fitr que pone fin al mes sagrado musulmán del Ramadán y que comienza este domingo.
"La dirección del Emirato Islámico de Afganistán (los talibán) ha ordenado a todos sus muyahidines la adopción de medidas preparatorias para no atacar al enemigo para que nuestros compatriotas puedan celebrar la fiesta del Eid tranquilos y cómodos", explica el grupo en un comunicado oficial.
Sin embargo, advierten de que "si hay un ataque del enemigo en cualquier lugar habrá una respuesta defensiva proporcional". "Nadie podrá viajar a zonas bajo control del enemigo ni tampoco la otra parte tiene permitido entrar en las zonas de los muyahidín", han advertido en referencia a una tregua anterior en la que sí se permitió este movimiento.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha respondido positivamente y de inmediato al anuncio de los talibán y ha anunciado que las fuerzas armadas estarán a la defensiva.
"Agradecemos el anuncio de alto el fuego por parte de los talibán. Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de la República Islámica de Afganistán insto a todas las fuerzas de seguridad y defensa a que asuman el alto el fuego, pero nos defenderemos de cualquier ofensiva", ha publicado Ghani en su cuenta oficial en Twitter.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha ensalzado estos días de tregua para que los afganos puedan celebrar el fin del Ramadán "en paz".
"El secretario general llama a todos las partes implicadas a aprovechar esta oportunidad y a aceptar un proceso de paz dirigido y controlado por los afganos", ha señalado en un comunicado el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
Además, ha sostenido que solo una solución pacífica puede acabar con el "sufrimiento" en Afganistán. "Naciones Unidas está comprometida con el apoyo a los ciudadanos y al Gobierno de Afganistán en este importante esfuerzo", ha añadido.
Los ataques de los talibán y las operaciones de seguridad han continuado en el país a pesar del acuerdo de paz del 29 de febrero suscrito por los talibán y Estados Unidos, una situación que llevó a los insurgentes a denunciar a finales de abril que Washington no estaba cumpliendo con su parte.
