Los talibán condenan el "cobarde" asesinato en Peshawar del exministro del Gobierno talibán afgano

Actualizado: miércoles, 19 febrero 2014 7:27

MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los talibán han condenado este martes el "cobarde" asesinato a tiros en la localidad paquistaní de Peshawar de el mulá Abdul Raqib Tajari, quien fuera ministro de Refugiados durante el Gobierno talibán en Afganistán (1996-2001) --conocido como Emirato Islámico de Afganistán--.

"Hemos recibido con gran pesar la noticia del asesinato de Abdul Raqib Tahari. El Emirato Islámico condena en los términos más firmes este acto terrorista", ha manifestado a través de un comunicado.

"El enemigo no podrá evitar con estos actos cobardes que los 'yihadistas' alcancen sus objetivos, y, por el contrario, estos sucesos refuerzan los rangos 'yihadistas', su unidad y su compromiso con los objetivos de la 'yihad'", ha sostenido.

Por último, ha expresado sus condolencias al pueblo afgano, a los líderes del Emirato Islámico de Afganistán, a la familia de Tajari y a cualquier persona que se sienta afectada por su fallecimiento.

Tajari, que pertenecía a la etnia tayika, era considerado como uno de los más altos cargos talibán en favor del proceso de paz con el Gobierno afgano.

El exministro talibán fue asesinado tras llegar a Peshawar tras participar en un encuentro convocado por el exministro de Finanzas talibán, el mulá Aga Jan Mutasim, para discutir sobre el proceso de paz con una delegación gubernamental afgana.

Tras el encuentro, Mutasim afirmó que durante la reunión, celebrada en Dubai, los participantes insistieron de forma unánime en la necesidad de encontrar una solución pacífica al conflicto.

El asesinato de Tajari tuvo lugar apenas dos meses después de que el alto cargo talibán Nurulá Hotak --un hombre muy cercano al líder espiritual de los talibán, el mulá Omar-- fuera asesinado en la localidad paquistaní de Quetta. Asimismo, el alto cargo de la Red Haqqani Nasiruddin Haqqani fue asesinado en noviembre de 2013 en Islamabad.

La semana pasada, el Gobierno afgano liberó a decenas de presuntos milicianos talibán de la prisión de Bagram a pesar de las críticas de Estados Unidos en un intento por relanzar las conversaciones de paz.

Pakistán apoyó la llegada al poder de los talibán en Afganistán a mediados de los 1990 y es considerado crucial en los intentos por parte de los gobiernos afgano y estadounidense de tender la mano a los líderes insurgentes que huyeron al país vecino tras el inicio de la ofensiva internacional en 2001.

Sin embargo, Kabul acusa desde hace tiempo a Islamabad de mantener un doble juego, argumentando que su vecino, que también tiene una insurgencia talibán en su territorio, se pronuncia públicamente sobre la paz pero permite que elementos de su Ejército boicoteen cualquier proceso.

Tras su llegada al poder en junio de 2013, el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, afirmó que "Pakistán mantiene un fuerte y sincero apoyo por la paz y la reconciliación en Pakistán". "Estamos plenamente de acuerdo en que este proceso debe ser incluyente y dirigido por los afganos", dijo.