ESTAMBUL (TURQUÍA), 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una bomba colocada al borde de una carretera en el sureste de Turquía, atribuida por las autoridades a guerrilleros kurdos afines al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), se cobró hoy la vida de tres soldados, al tiempo que hirió a otras seis personas.
El objetivo del mismo, según explicó la oficina del gobernador local, era un vehículo militar que se desplazaba cerca de la ciudad de Siirt, una zona montañosa 75 kilómetros al norte de la frontera con Irak. Asimismo, precisó que las seis personas heridas son todos agentes de seguridad, entre ellos, varios agentes de barrio.
El ataque, según precisaron fuentes oficiales, se registró en una de las zona declaradas por el Ejército turco como "zona de seguridad temporal" próximas a la frontera turco-iraquí, desde donde las autoridades turcas podrían barajar lanzar una operación militar transfronteriza contra poblaciones del norte del vecino Irak para perseguir a las milicias kurdas.
Por su parte, tres funcionarios turcos describieron a la agencia AP la operación militar transfronteriza de ayer de "persecución caliente" con alcance limitado y uno de ellos precisó que las tropas turcas regresaron a sus bases a última hora de ayer, a pesar de que el propio ministro de Asuntos Exteriores turco, Abdulá Gul, desmintiera tal operación en Irak.
Por otra parte, el balance de víctimas final de un ataque suicida perpetrado en mayo fuera de un centro comercial en Ankara ascendió a ocho, después de que uno de los heridos en el atentado falleciera en el hospital a consecuencias de las heridas recibidas, según informaron hoy fuentes médicas. Las autoridades atribuyeron el atentado al PKK, cuyos milicianos se alzaron en armas en 1984 para luchar por la independencia del Kurdistán turco.
Desde entonces, más de 35.000 individuos han muertos en acciones de ambos bandos que muchos analistas no han dudado en calificar de guerra civil.
