MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos (TADHP) ha ordenado este viernes a Costa de Marfil que permita al expresidente Laurent Gbagbo presentarse a las presidenciales del 31 de octubre, de las que ha sido excluido por la comisión electoral y el Tribunal Constitucional.
El tribunal, establecido en 2004 por la Unión Africana (UA), ha pedido en su fallo a las autoridades marfileñas que "tomen todas las medidas necesarias para eliminar inmediatamente todos los obstáculos que evitan que el demandante se inscriba en el registro de votantes".
Asimismo, ha reclamado al Gobierno marfileño que informe al TADHP de la aplicación de las medidas ordenadas en el plazo de 15 días, según el documento publicado por el tribunal a través de su página web.
El Gobierno de Costa de Marfil anunció a finales de abril que se retiraba del tribunal, un día después de la condena contra el líder opositor Guillaume Soro a pesar del pronunciamiento de esta corte contra la orden de arresto emitida contra él.
El Constitucional marfileño rechazó el 14 de septiembre las candidaturas del de Gbagbo y Soro a las presidenciales, en las que el actual mandatario, Alassane Ouattara, buscará un tercer mandato pese a las críticas de la oposición.
Gbagbo fue absuelto en enero de 2019 de una serie de delitos que incluyen asesinato, violación, persecución y otros actos inhumanos, todos ellos relativos a la escalada de violencia que se desató tras las elecciones de 2011 y que se saldó con unos 3.000 muertos.
Ante el aumento de las tensiones políticas, el expresidente Henri Konan Bedié, cuya candidatura sí ha sido aceptada, ha hecho esta semana un llamamiento --al que se ha sumado gran parte de la oposición-- a la desobediencia civil para intentar evitar un tercer mandato de Ouattara, argumentando que viola la Constitución.
En respuesta, la gubernamental Agrupación de Houphouetistas por la Democracia y la Paz (RHDP) ha rechazado el llamamiento y ha recalcado que los comicios se celebrarán el 31 de octubre, independientemente de si hay o no boicot opositor, y que el actual mandatario será candidato.
Muchos marfileños temen que otra polémica electoral pueda conducir a una nueva oleada de violencia como la registrada tras los comicios de 2010, cuando Gbagbo se negó a reconocer la victoria de Ouattara, que remachó una década turbulenta en la que Costa de Marfil tiró por tierra años de avance próspero y estable.
