ESTAMBUL (TURQUIA), 22 Jul. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -
Las elecciones legislativas turcas, con las que el país euroasiático busca salir de una de las peores crisis políticas e institucionales de toda su historia, se están viviendo con pasión y emoción.
"Voté llorando con mi madre. La gente hablaba por los pasillos del colegio electoral sobre el deseo de que ésta vez vamos a salvar el país, de que (los islamistas moderados) no podrán con nosotros de nuevo", declaró a Europa Press una joven simpatizante del Partido Republicano del Pueblo (CHP, nacionalista y laico) que salía esta mañana de su colegio electoral en Ankara.
En cuanto a los resultados oficiales de los comicios, que no se conocerán hasta bien entrada la noche, se mostró esperanzada en que el CHP consiga un fuerte caudal de votos. "Pero siempre puede pasar algo. Turquía te puede sorprender en el último momento", apostilló.
Así, el escrutinio promete ser apasionante, tanto que el catedrático de medicina Cihangir Uyan ha recomendado a los candidatos que no sigan el recuento de votos en directo, sobre todo si presentan dolores en el pecho, agotamiento y dificultades para respirar.
En su opinión, la mayoría de los candidatos, cerca de 7.400, son mayores de 40 años y, por tanto, susceptibles de sufrir hipertensión arterial. Además, la campaña electoral ha sido muy dura para todos ellos, agrega en declaraciones al diario 'Turkish Daily News'.
Además, los comicios se están celebrando en pleno verano, cuando los termómetros alcanzan sus temperaturas más altas en algunos puntos de Turquía. Es también una época de descanso, por lo que buena parte de los 42,5 millones de turcos llamados hoy a votar han tenido que abandonar sus destinos de vacaciones para regresar a la localidad donde están empadronados.
Así, amplias zonas de la costa de los mares Egeo y Mediterráneo se han quedado prácticamente vacías, de no ser por los turistas extranjeros, durante las últimas horas. Mientras, determinados aeropuertos y terminales de autobuses han colapsado en distintos momentos de la mañana de hoy a pesar de los servicios adicionales puestos en marcha.
Por ello, la prensa local especula con que la tasa de participación en las elecciones legislativas será altísima, mucho mayor que la del 79% experimentada en los anteriores comicios generales de 2002.
En Turquía votar es un derecho, pero también un deber. No hacerlo está penado con una multa simbólica de cinco liras. Sin embargo, las autoridades prefieren no cobrárselas porque, curiosamente, ello costaría mucho más. De todas formas, el país euroasiático no es el único en el mundo donde no sufragar es castigado. En Australia, Bélgica, Luxemburgo, Argentina o Ecuador ocurre lo mismo.
