European Council summit in Brussels
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Actualizado: viernes, 5 abril 2019 17:56

Londres tendría un año para salvar el acuerdo del Brexit pero a condición de celebrar elecciones europeas

BRUSELAS, 5 (EUROPA PRESS)

El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, cree que la mejor forma de desbloquear la crisis del Brexit es retrasarlo doce meses, con una prórroga"flexible" hasta finales de marzo de 2020, que permita a Reino Unido marcharse antes "si está preparado", han informado fuentes europeas.

La recomendación de Tusk se ha cruzado con la carta de la primera ministra, Theresa May, que este mismo viernes ha pedido a los Veintisiete una nueva prórroga corta, hasta el 30 de junio, a pesar de que esta opción fue rechazada de plano por sus socios en la última cumbre.

Pese a la fecha, la petición de May recoge dos compromisos que sí gustan a los socios europeos y que tienen que ver con mantener una "cooperación leal" como Estado miembro y el compromiso de celebrar las elecciones al Parlamento Europeo de mayo si para entonces sigue siendo Estado miembro.

En todo caso, las capitales siguen viendo falta de claridad en la petición británica y esperan de la 'premier' que el próximo miércoles, en la cumbre extraordinaria para examinar las opciones, sea más precisa en cuanto a las razones y objetivos que persigue.

En cuanto a la posibilidad de una prórroga larga, "muchos" países están de acuerdo en conceder una extensión de largo periodo "si no hay más remedio", aunque las delegaciones no coincidan en el tiempo de esa prórroga, de acuerdo a fuentes diplomáticas.

"Será flexible en el sentido de que en el momento en que Reino Unido estuviera preparado para salir, podrá irse. Así que si está listo el 30 de junio, se podrá ir el 30 de junio, si está listo el 22 de mayo, se irá el 22 de mayo", ha resumido un alto funcionario europeo sobre la propuesta de Tusk, que en la jerga comunitaria han bautizado como 'flextensión'.

En opinión del equipo de Tusk la propuesta es "totalmente compatible" con la 'hoja de ruta' que plantea May en su misiva, puesto que también recoge la necesidad de convocar elecciones europeas.

Sin embargo, la británica se aferra a la fecha de junio porque cree que así podría sortear la convocatoria de elecciones al Parlamento Europeo, cuya nueva Cámara se constituirá el 2 de julio. Pero para la Unión es imperativo que Reino Unido las convoque si sigue siendo parte del club cuando se celebren los comicios, del 23 al 26 de mayo.

En cualquier caso, un aplazamiento de doce meses puede dar a Londres tiempo para "repensar su estrategia" sobre el proceso de ruptura, si bien para la UE está claro que el acuerdo de divorcio está cerrado y por tanto no hay opciones de renegociarlo, según recalcan diversas fuentes europeas.

También ha pesado para que Tusk presente su oferta la necesidad de dar con una solución que contenga en gran medida la incertidumbre que sigue lastrando los intereses de la UE a largo plazo, incluidos sus empresas y ciudadanos, que reclaman seguridad sobre su futuro.

Sea cual sea la prórroga que pacten los líderes con May, si se llega a pactar una el miércoles, deberá ser el resultado de una decisión respaldada por la unanimidad de los países miembros y del Gobierno británico.

DUDAS SOBRE EL OBJETIVO DE LA PRÓRROGA

En cualquier caso, serán los jefes de Estado y de Gobierno de la UE los que examinen y decidan por unanimidad en la cumbre del próximo miércoles, 10 de abril, qué alternativa se le da a May, si es que hay consenso para darle una y evitar un divorcio abrupto y caótico dos días después.

Algunos estados miembro han dejado entrever sus reservas por la falta de claridad del Gobierno británico y por las dudas de que pueda avanzar en un diálogo comprometido con los laboristas y formar un consenso que cuente con el aval de la Cámara de los Comunes.

Francia ha dicho ya que no tiene sentido retrasar el Brexit si no existe un plan alternativo y creíble a la salida sin acuerdo, mientras que el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, uno de los líderes más cercanos a May, ha avisado de que la demanda británica plantea aún muchos interrogantes.

A falta del análisis de los líderes, las capitales han tenido un primer debate a nivel de embajadores en Bruselas que, si bien no ha sido concluyente, ha servido para exponer las dudas de las delegaciones.

Los estados miembro son conscientes de que si imponen condiciones muy estrictas a May el próximo miércoles, corren el riesgo de que Westminster vuelva a tumbar el plan para desbloquear la situación, pero también buscan cómo garantizar que cumplirá con lo prometido e, incluso, que Londres no bloqueará los consensos en la UE como táctica negociadora mientras siga siendo país miembro, según avisan fuentes europeas.

May solo tiene el aval parlamentario para una prórroga corta, por lo que cualquier opción que alargue el calendario implica que la primera ministra tendrá apenas 48 horas --hasta el día 12, nueva fecha para el Brexit-- para someter ese acuerdo al voto de la Cámara de los Comunes y conseguir la aprobación para esa prórroga extensa.

Entre los países que quieren garantías claras está también España, quien aspira a lograr un divorcio ordenado, pero insiste en que la solución debe ser compatible con el buen funcionamiento de las instituciones europeas y, añaden fuentes diplomáticas, dejar claro cuál es la mejor manera de "garantizar que lo que se tenga que producir, se va a producir con el menor daño posible".

Más allá de las consecuencias de que Reino Unido celebre elecciones y haya de nuevo eurodiputados británicos en el Parlamento Europeo --que deberán abandonar su escaño el día del Brexit--, la UE vivirá otras situaciones anómalas por el hecho de que un país que está de salida y con agenda propia siga estando representado en la toma de decisiones comunitarias, por ejemplo con un comisario en el Ejecutivo comunitario.

"JURÍDICAMENTE INCONTESTABLE"

En este sentido, los servicios legales del Consejo estarán muy atentos para que todo lo que la UE a 27 exija a May sea "jurídicamente incontestable", para evitar que en el futuro se pueda recurrir desde Reino Unido.

Aunque hay voluntad de sentar unas líneas claras, los países también son conscientes de que desde el punto de vista jurídico "es difícil" dado que Reino Unido seguirá siendo un Estado miembro de todo derecho, por lo que la fórmula podría dirigirse a alguna "autolimitación" que, sin ser jurídicamente vinculante, sí tenga un peso político.

En este contexto, la Unión Europea ve con preocupación moderada la amenaza del líder de los euroescépticos en el Partido Conservador, Jacob Rees-Mogg de actuar para paralizar la UE si Reino Unido queda "atrapado" con una prórroga larga.

Rees-Mogg ha asegurado que si este es el escenario que se elige, su bloque actuará para poner las cosas "tan difíciles como sea posible" en las negociaciones entre estados miembro sobre el futuro de Europa.

En cualquier caso, un aplazamiento de doce meses puede dar a Londres tiempo para "repensar su estrategia" sobre el proceso de ruptura, si bien para la UE está claro que el acuerdo de divorcio está cerrado y por tanto no hay opciones de renegociarlo, según recalcan diversas fuentes europeas.

También ha pesado, añaden las partes, la necesidad de dar con una solución que contenga en gran medida la incertidumbre que sigue lastrando los intereses de la UE a largo plazo, incluidos sus empresas y ciudadanos, que reclaman seguridad sobre su futuro.

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