MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
La ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko ha puesto fin este miércoles a la huelga de hambre que inició el pasado 20 de abril para protestar contra los supuestos abusos sufridos en prisión, según ha informado el médico alemán Lutz Harms, responsable de su tratamiento.
Timoshenko fue trasladada este miércoles desde la prisión de Jarkiv, donde cumple una condena de siete años de cárcel por abuso de poder, a un hospital de la misma ciudad.
Una vez allí, "ha terminado la huelga de hambre", ha explicado Harms a la agencia de noticias ucraniana. No obstante, ha advertido de que el proceso de recuperación de la antigua jefa de Gobierno aún llevará tiempo: "No se puede decir nada seguro, pero probablemente no será menos de ocho semanas".
Timoshenko ha comenzado a beber agua y zumos para no forzar su sistema digestivo en los primeros días tras el fin de su ayuno. Posteriormente, podrá empezar a ingerir alimentos sólidos, según una información de la que se hace eco la agencia rusa RIA Novosti.
Timoshenko, de 51 años de edad, fue condenada el pasado mes de octubre a siete años de cárcel por negociar y aprobar, sin la connivencia del Consejo de Ministros, un nuevo contrato entre la empresa ucraniana de gas Naftogaz y la rusa Gazprom con condiciones menos ventajosas para Kiev que las estipuladas en el acuerdo firmado anteriormente con Moscú.
El abogado de la exmandataria denunció el pasado mes de abril que los guardias de prisión golpearon a su cliente mientras era trasladada en contra de su voluntad a un hospital. Según su versión, los funcionarios retorcieron sus brazos y piernas y golpearon su estómago provocándole un desmayo.
Dos días después de esta denuncia, negada por el Gobierno, el Defensor del Pueblo de Ucrania visitó a Timoshenko y comprobó que tenía heridas, como hematomas en el torso y en el abdomen, causadas por abusos físicos. En consecuencia, emitió un comunicado instando a la Fiscalía a investigar las denuncias de malos tratos.
Además, el abogado de la ex primera ministra ha indicado que padece problemas de espalda desde que fue encarcelada. Las autoridades ucranianas le han ofrecido los servicios médicos de la prisión, pero ella se ha negado a utilizarlos al considerar que no disponen de los medios suficientes para atender su dolencia.
