PALMA DE MALLORCA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, aseguró hoy que la Unión Europea debe apoyar a sus estados miembros a organizar sus políticas de inmigración, para que controlen sus flujos migratorios y preparen las condiciones a los extranjeros que llegan a Europa a trabajar, y controlar que estos países garantizan en sus presupuestos unas políticas sociales para todos sus ciudadanos.
Almunia, quien hoy participó en Palma de Mallorca en la 'Jornada sobre Política Social en la Unión Europea' organizada por el Grupo Socialista en el Parlamento Europeo y la Fundación Gabriel Alomar, destacó durante su intervención que la UE debe ser un agente que "dé seguridad" a los cambios que sufre la sociedad europea, tales como el fenómeno de la inmigración o el "envejecimiento" de la población.
En este sentido, advirtió de que en 2050 la proporción de personas trabajadoras por pensionistas será de dos a una, mientras que en la actualidad este equilibrio es de cuatro a una, por lo que según dijo la llegada de inmigrantes es "necesaria".
Asimismo, advirtió de que a raíz de la ampliación europea a nuevos socios, las decisiones en materia social, que en Europa se toman siempre "por unanimidad", dejarán de adoptarse en un futuro mediante esta fórmula para ser sustituidas por una Europa "de dos velocidades" en la que un grupo avanzará a un ritmo superior que el otro. De este modo, aunque se mostró contrario a esta división, apostó por que España se encuentre en el grupo de países que se sitúen a la cabeza de estos cambios.
El ex secretario general del PSOE indicó que Europa, donde se encuentran los "mejores" modelos sociales "del mundo", tiene claro que su punto de referencia en esta materia deben ser algunos de sus propios países como los escandinavos.
No obstante, recordó que los instrumentos para hacer política social están mayoritariamente "en manos" de los Estados, mientras que la UE cuenta con escasos instrumentos para materializar estas iniciativas, lo que según dijo, provoca que Europa no tenga "una buena imagen" de cara a la población en general, y en particular propiciara el rechazo de la ciudadanía francesa y holandesa a la Constitución Europea.
