BRUSELAS, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea quiere promover la creación por parte de los operadores de códigos de autorregulación que garanticen una protección adecuada de los menores que usan el móvil frente a contenidos pornográficos o ilegales, el acoso por parte de pedófilos, o las facturas excesivamente elevadas.
Para lograrlo, lanzó hoy una consulta pública cuyo objetivo es conocer el punto de vista de la industria y de los consumidores sobre los riesgos a que se enfrentan los niños que usan móviles, las posibles soluciones técnicas y normativas que existen, y la necesidad o no de tomar nuevas iniciativas, especialmente a nivel europeo. El plazo para presentar opiniones concluye el 16 de octubre.
De media, el 70% de los jóvenes europeos entre 12 y 13 años, y el 23% entre 8 y 9 años poseen ya su propio móvil, según datos del Eurobarómetro. En Alemania, las cifras se sitúan en el 92% de los niños entre 12 y 19 años, y el 47% de los menores entre 6 y 13 años. En el Reino Unido, la edad media de adquisición del primer móvil ha bajado ya hasta los 8 años. Los nuevos aparatos pueden utilizarse para mensajes de video, descarga de juegos y música o acceso a Internet.
La comisaria responsable de Sociedad de la Información, Viviane Reding, destacó que la protección de los menores frente a la comunicación móvil es responsabilidad de "la industria, las asociaciones para la seguridad infantil y los organismos públicos". "Cuanto más eficiente sea la autorregulación, menos necesaria será la intervención estatal", dijo a través de un comunicado.
Por su parte, su portavoz, Martin Selmayr, explicó que "el tratado de la Unión Europea permite diferentes posibilidades para tratar este problema", afirmó el portavoz. Mientras algunos países como el Reino Unido confían más en la autorregulación, otros como Alemania han cedido terreno a la legislación. "Para nosotros, la autorregulación es siempre la mejor solución. Sin embargo, si ésta no funciona, entonces podríamos estudiar otras posibilidades", indicó.
El Ejecutivo comunitario subraya que en estos momentos existen pocos códigos de conducta que regulen los contenidos de la telefonía móvil en países como Reino Unido, Dinamarca, Italia, Alemania o Francia, entre otros. También apunta que hay un debate entre la industria en España y Finlandia.
La consulta del Ejecutivo comunitario se centra en cuestiones como el acceso a pornografía o a otros contenidos inapropiados, la facilidad para entrar en contacto con los menores para los pedófilos, la distribución de imágenes ilegales a través de mensajes o el aumento de gastos inesperados por las familias a cuenta del uso de móvil. No se abordan cuestiones relacionadas con la salud, porque se regulan aparte.
Estos asuntos son de particular importancia debido a la dificultad que los padres encuentran a la hora de controlar el uso que sus hijos hacen del móvil. En el caso de las tarjetas pre-pago, los riesgos son incluso mayores, ya que ni siquiera existe el control a través de la factura. Este tipo de tarjetas supone en España el 69% de los contratos de telefonía móvil.
Las estadísticas europeas muestran también que en algunos estados miembros las probabilidades de que un menor tenga teléfono móvil suelen ser mayores a que posea acceso a Internet. Éste es el caso de Lituania, Letonia, Grecia, Italia o Portugal.
Sólo los gastos en "llamadas perdidas" en Europa suponen unos beneficios de casi 500 millones de euros anuales. El pago por juegos para el móvil añaden casi 60 millones más a las cuentas de las empresas.
