UE.- La EFSA defiende la validez de su examen de riesgos de OGM y no cree conveniente hacer públicos sus debates

Actualizado: lunes, 15 mayo 2006 21:34

BRUSELAS, 15 May. (EUROPA PRESS) -

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) defendió hoy ante expertos de los Estados miembros la validez de sus exámenes de riesgos de los organismos genéticamente modificados (OGM) que posteriormente son autorizados en la UE y consideró que no es conveniente difundir sus debates porque no permitiría a sus expertos expresarse libremente.

Los responsables de la agencia que se encarga en la UE de hacer dar la opinión científica sobre la seguridad de los OGM se reunieron hoy con expertos de los Estados miembros para analizar con ellos las dudas suscitadas por algunos de ellos, sobre todo en lo que respecta a la transparencia de su procedimiento y a las fuentes que les facilitan los datos científicos sobre los OGM que tienen que analizar en cada momento.

Desde su creación en 2003, la EFSA ha autorizado la entrada en la UE de 11 productos genéticos, ya sea para su cultivo o para la alimentación animal. Sus responsables puntualizaron hoy que ellos no son los encargados de tomar la decisión final --que corresponde a los Estados miembros o, en su defecto, a la Comisión Europea-- y aseguraron que sus exámenes son lo más exactos posibles, a pesar de que no pueden garantizar el 100%, por ejemplo, de los efectos a largo plazo de los OGM para el medio ambiente.

DEBATE DE MINISTROS

El debate que se celebró hoy --y en el que participaron dos expertos españoles-- tiene su origen en la discusión que celebraron los ministros europeos de Medio Ambiente en su última reunión, el 9 de marzo pasado, en el que muchos Estados miembros expresaron sus dudas sobre los métodos, la transparencia y los datos que maneja la EFSA para hacer sus exámenes de los nuevos OGM.

La ministra española, Cristina Narbona, hizo una de las intervenciones más contundentes, aludió a las "carencias importantes" en el sistema empleado por la EFSA y reclamó más "transparencia" e "independencia" en el proceso de evaluación de riesgos para la salud y el medio ambiente de los organismos transgénicos.

Frente éste y otros argumentos, el director de EFSA, Herman Koëter, y el director del grupo de OGM de la agencia, Harry Kuiper, la independencia de sus expertos y las bondades de los métodos que se siguen, aunque también admitieron que la EFSA debería aumentar su cooperación con los expertos nacionales y esmerarse en la difusión de su labor, según explicaron posteriormente en rueda de prensa.

Para empezar, indicaron que la evaluación de un OGM se hace siempre en base a la comparación con los productos tradicionales, por lo que la EFSA nunca podrá determinar que un transgénico es "totalmente seguro", sino "tanto o menos" seguro que un producto tradicional, teniendo además en cuenta que no se puede decir que este segundo sea siempre totalmente seguro.

Kuiper indicó que uno de las preocupaciones más frecuentes entre los Estados miembros tiene que ver con la evaluación sobre los "efectos a largo plazo" de los OGM. Aseguró que los análisis de la EFSA siempre son a largo plazo con el objetivo de determinar si "hay indicaciones de un cambio en la composición" de los elementos de un transgénico en comparación con un producto tradicional.

No obstante, admitió que pueden existir efectos que "no se prevén", puesto que "no podemos saber al 100%", "la identificación no es siempre posible".

INFORMES DE LAS EMPRESAS

Por lo que respecta a las fuentes, los responsables de la EFSA explicaron que a la hora de analizar el riesgo de un nuevo OGM utilizan los informes que les proporcionan las mismas empresas que quieren introducirlos en la UE, algo que fue muy criticado por los Estados miembros en el debate del 9 de marzo, donde reclamaron estudios independientes.

Koëter explicó que "la mayoría (de los informes) vienen de las empresas, algo que defendió, el primer lugar porque dudó de que se deba "hacer pagar al contribuidor" los análisis de productos comercializados por empresas privadas.

Pero, además, aludió a que desde 1992 existe un código de buenas prácticas que tienen que cumplir las empresas, también en Estados Unidos, en el análisis de los OGM que producen y que después cotejan laboratorios oficiales. Son, dijo Koëter, "elementos que nos dan garantías" durante el "largo" proceso de análisis que lleva a cabo al EFSA para cada producto que se prolonga durante seis meses.

En cuanto a la transparencia que reclaman algunos Estados miembros --también España--, Koëter rechazó que sea una buena idea ni dar a conocer exactamente los parámetros que utiliza la agencia ni hacer públicos los debates de sus expertos. En el primer caso, afirmó que sería perjudicial porque podría llevar a confusión, debido a que las pautas en ocasiones tienen que modificarse dependiendo de las características del OGM en cuestión. Por otra parte, abogó por las reuniones privadas para que los expertos no reciban "influencias exteriores" y puedan expresarse libremente.