La UE y España apuestan por ayudar al Sahel para que la inseguridad no siga propagándose

Localidad dogon de Sobane Da, atacada en el centro de Malí
Localidad dogon de Sobane Da, atacada en el centro de Malí - REUTERS / MALICK KONATE
Publicado: jueves, 27 junio 2019 14:44

Defienden la "urgencia" de la situación ya que está en juego no solo la estabilidad de la región sino también la europea

MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

La región del Sahel, y en particular los países que integran el G-5 (Mauritania, Malí, Níger, Chad y Burkina Faso), se enfrentan a una creciente inseguridad que amenaza con seguir extendiéndose hacia el sur hasta alcanzar los estados del golfo de Guinea a menos que no se ayude a los autoridades de estos países a atajar el problema, advierten tanto desde la Unión Europea como desde el Gobierno español.

Los países del Sahel figuran entre los países más pobres del mundo y están experimentando un rápido crecimiento demográfico que prevé que su población se duplique en los próximos 20 años. "Para que pueda haber una mínima oportunidad de desarrollo, la economía debería crecer un 7 por ciento anualmente, algo difícil de alcanzar", en palabras del secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Fernando Valenzuela.

Esta "bomba demográfica", como la ha calificado el representante especial de la UE para el Sahel, Ángel Losada, "está a punto de estallar y se nos va a venir encima" en forma de migración en busca de nuevas oportunidades o de radicalización, ante la creciente presencia de grupos yihadistas, "de ahí la necesidad de que la comunidad internacional actúe".

"La estabilidad del Sahel es un aspecto fundamental" para el futuro de Europa, coincide Valenzuela, entre otras cosas porque estos países son "frontera en cierto modo" por su situación, pero por su "fragilidad geográfica" debida a su gran extensión y la escasa presencia del Estado en vastas zonas de su territorio actualmente está en juego.

El repliegue del Estado, explica el secretario de Estado durante su intervención en la jornada 'El Sahel, la otra frontera', organizado por Casa África en Madrid, ha facilitado la proliferación de los grupos yihadistas donde ya antes estaban presentes el separatismo tuareg y los enfrentamientos de carácter étnico y comunitario.

Lamentablemente, destaca Losada, "el vacío del Estado es el oxígeno del terrorismo", que ha sabido aprovecharlo para engrosar sus filas. Según explica el representante de la UE, los grupos yihadistas que operan en el Sahel --donde están presentes filiales de Al Qaeda y Estado Islámico así como grupos autóctonos-- promueven la radicalización en base a la "pobreza y la situación social", aprovechándose de comunidades que tradicionalmente se han sentido agraviadas, como ocurre actualmente con los peul.

A este respecto, Losada reconoce que aunque el problema no es nuevo sino que las disputas entre pastores --en general peul-- y agricultores --miembros de otros grupos étnicos-- son "ancestrales" se ha convertido en una "nueva amenaza" porque los yihadistas lo están aprovechando, generando una mayor desestabilización que ha ido avanzando desde el norte de Malí hacia el centro y el sur y cruzado hacia Burkina Faso y el oeste de Níger.

POSIBLE PROPAGACIÓN A OTROS PAÍSES

Según el responsable de la UE, aunque "la paz en el Sahel pasa por que haya paz en Malí", algo que aún no se ha logrado pese al acuerdo de 2015, Burkina Faso es en estos momentos un "país clave por la debilidad de sus instituciones" lo que podría facilitar que los grupos yihadistas continuaran su avance hacia el golfo de Guinea, afectando a países como Benín, Ghana, Togo o Costa de Marfil.

Una preocupación compartida por el secretario de Estado de Exteriores, que apuesta por ello por "actuar para que el conflicto pueda ser controlado y evitar que se extienda a otros países". Los países del Sahel se enfrentan a "retos de extrema complejidad" que superan su "capacidad", de ahí la necesidad de hacerlos frente "de manera conjunta y coordinada", sostiene.

"Es una cuestión extremadamente urgente y extremadamente importante y nuestro futuro está también en juego en el Sahel", resume Valenzuela, que recuerda el compromiso de España tanto con la seguridad de estos países, a través de las misiones de la UE, como en el ámbito de la cooperación para el desarrollo

Losada coincide en que hay que ayudar a los países del Sahel y en particular apuesta por seguir apoyando a la fuerza conjunta creada por el G-5, pese a sus "limitaciones" y "debilidades" por la magnitud del territorio a vigilar y lo limitado de sus efectivos. Se trata, recuerda el representante de la UE, de una iniciativa de los propios presidentes de estos países y la "apropiación" de las soluciones a sus problemas es fundamental de cara a resolverlos.

"Cuidado con imponerles ideas", previene, subrayando que "porque aportemos dinero no tenemos por qué imponer nuestras ideas" sino que los países tienen que aceptarlo. "Es una crisis regional y la respuesta tiene que ser regional", de ahí el que apueste por que la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDAO) pase a desempeñar un papel más importante.

HAY QUE ACTUAR CON URGENCIA

"Hay urgencia" en actuar, defiende Losada, porque "se está creando una inestabilidad en nuestra frontera que puede tener un efecto inmediato pero también a muy largo plazo". "Si no actuamos ahora con urgencia y todos juntos vamos hacia una situación mucho más compleja y mucho más difícil de revertir en el futuro", previene.

Para ilustrar la urgencia, Losada recurre a un proverbio empleado en el Sahel: "La caravana siempre avanza al ritmo del camello más lento". "Vamos a tener que ir todos a un ritmo más acelerado e intentar ayudar en un partenariado equilibrado con los países del Sahel no solo para el beneficio suyo sino para la estabilidad y el desarrollo de todos nosotros", remacha.