Los más numerosos son los turcos seguidos de los marroquíes
BRUSELAS, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
En enero de 2006, el número de ciudadanos de países terceros que residían en la Unión Europea era de 18,5 millones, es decir, un 3,8 % de la población total de la UE, que cuenta con 493 millones de habitantes, lo que confirma que la inmigración sigue siendo el principal factor de crecimiento demográfico del viejo continente, según refleja el tercer informe anual sobre Inmigración e Integración aprobado hoy por la Comisión Europea.
La mayoría de los Estados miembros tiene una migración positiva neta, que ha variado entre 0,5 y 1 millón de personas por año durante buena parte de los años noventa y ha alcanzado niveles que la sitúan entre 1,5 y 2 millones de personas por año desde 2002.
Los más numerosos son los turcos (2,3 millones) seguidos de los marroquíes (1,7 millones), los albaneses (0,8 millones) y los argelinos (0,6 millones). Sin embargo, el número de nacimientos de inmigrantes en algunos Estados miembros como Francia, Suecia, Países Bajos o Reino Unido, es mayor que el de nacionales de terceros países, dado que muchos inmigrantes han adquirido la nacionalidad del país de acogida.
El documento pone también de relieve las diferencias entre países en cuanto a los motivos de entrada de inmigrantes en los diferentes Estados miembros. Así, mientras en algunos sitios, como Austria, Francia o Suecia, es la reagrupación familiar la causa, en otros, como España, Portugal, Reino Unido o Irlanda, un elevado porcentaje se debe a la oferta laboral.
El análisis de la Comisión se hace eco asimismo de que España ha llevado a cabo una "importante regularización", mientras que Francia, Alemania o Países Bajos han optado por "regularizaciones limitadas para grupos específicos de inmigrantes".
Por lo demás, este tercer informe, que sigue a los presentados en julio de 2004 y junio de 2006, aporta información sobre la aplicación del marco comunitario para la integración de los inmigrantes hasta junio de 2007.
Además, la Comisión se compromete a presentar nuevas iniciativas para desarrollar este aspecto de la política europea, como estudiar las vías para la participación de los inmigrantes en la vida social y política del país de acogida y establecer indicadores comunes para evaluar los resultados de las políticas de integración.
El texto será analizado durante la Conferencia de alto nivel sobre inmigración legal organizada por la presidencia portuguesa de la UE, que se celebrará a partir de mañana en Lisboa.
