UE.- Moratinos, convencido de que el Tratado de Lisboa será el "definitivo"

Actualizado: martes, 11 diciembre 2007 20:39

MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, se mostró hoy convencido de que el Tratado de Lisboa que sustituirá a la fallida Constitución europea será el "definitivo".

Así se expresó durante la presentación del libro '¿Qué fue de la Constitución europea? El Tratado de Lisboa: un camino hacia el futuro', dirigido por el eurodiputado del PP Iñigo Méndez de Vigo y realizado por iniciativa de la Fundación Rafael del Pino, el Instituto Universitario de Florencia y el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU.

Moratinos aseguró, frente a los que califican al nuevo Tratado de 'simplificado', que se trata de un texto "concentrado" y afirmó que "despojado de los ropajes constitucionales, mantiene la misma esencia y contenidos" que la 'non nata' Constitución europea.

El jefe de la diplomacia española consideró asimismo que el texto que será ratificado definitivamente el jueves próximo en Lisboa "inaugura una nueva posición de la UE como actor global". Entre los avances que aportará el Tratado se refirió a la posibilidad de aprobar decisiones por mayoría cualificada y a los campos de actuación de las cooperaciones reforzadas.

Méndez de Vigo destacó que el nuevo texto "resuelve un problema", ya que Europa no podía estar "permanentemente en un debate institucional". No obstante, advirtió de que, pese a que avanza en representatividad, democracia y eficacia sigue habiendo deficiencias derivadas en su mayoría de la falta de "espíritu europeísta".

Bajo su punto de vista, en la UE aún pesan más los intereses nacionales, algo que se refleja con el nuevo Tratado en que algunos países "han obtenido trajes a medida".

El presidente del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU, Marcelino Oreja, remarcó que el Tratado da capacidad a los países más ambiciosos para seguir construyendo Europa. En este sentido, se mostró partidario de una Europa de dos velocidades donde "los países de vanguardia puedan decidir donde llegan, sin cerrar la puerta a la futura incorporación de los demás".