BRUSELAS, 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea fijó hoy los objetivos de contratación de personal femenino para el año 2006, en el marco de la política de igualdad de oportunidades, para mejorar la presencia de las mujeres en los puestos de responsabilidad, a la vista de que sólo el 16,2% de las que trabajan en el Ejecutivo comunitario ocupan altos cargos.
En este momento, las mujeres suponen casi la mitad del personal de la Comisión Europea (un 48,4%), pero casi todas, el 80%, lo hacen en la categoría C. Si se considera la categoría A en su conjunto, a finales del año pasado sólo el 16,2% de las que estaban al frente de puestos de dirección, mientras que el 19% ocupaba lugares intermedios del escalafón y el 36% labores administrativas.
Aunque estas cifras suponen un claro progreso respecto al año 2004, la Comisión quiere que el 25% de las contrataciones y nombramientos que se hagan para puestos de responsabilidad este año recaigan en mujeres, que este porcentaje sea del 30% en el caso de puestos intermedios y del 50% en los administrativos.
Dado que el objetivo fijado para el caso de los puestos intermedios en 2005 no se alcanzó, la Comisión estudia la posibilidad de poner en marcha medidas obligatorias para 2007 y por ello pondrá el acento en la aplicación de las recomendaciones en materia de formación y sensibilización sobre igualdad de oportunidades, en particular para las mujeres que pueden ser potencialmente nombradas para puestos de dirección.
La Comisión se había fijado como objetivo para 2005 aumentar hasta el 20% el número de mujeres contratadas en puestos de responsabilidad, meta que superó al alcanzarse el 32,8%. No obstante, esto no se logró en el caso de los trabajos de nivel intermedio, ya que el nivel de nombramientos se quedó en el 24,4% cuando lo previsto era contar con un 30%. La contratación a nivel administrativo se sitúa dentro de los objetivos con un 51,4% de mujeres, frente al 44% en 2004.
Entre los principales obstáculos detectados por el Ejecutivo comunitario para lograr la paridad, menciona la lenta evolución de la mentalidad en este terreno o una cultura laboral tendente a largas jornadas de trabajo, así como la escasa prioridad que se le da a la igualdad entre hombres y mujeres en muchos servicios. Señala también la escasez de medios humanos y financieros debido a un contexto presupuestario difícil o que se tiene poco en cuenta la dimensión del género en la gestión de los recursos humanos.
