NIZA, 13 Sep. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Juan Sanhermelando) -
Los ministros de Economía de la Unión Europea dejaron hoy patentes su división sobre la propuesta de la Comisión para extender la aplicación del tipo de IVA reducido (7% en el caso de España) a un mayor número de productos y servicios siempre que no provoque distorsiones a la competencia en el mercado interior.
De aprobarse, la norma permitiría a España aplicar el IVA reducido a los pañales y las compresas, a las sillas de niños para coches, y también a los condones y otros métodos anticonceptivos. Además, supondría la prórroga indefinida del IVA reducido para peluquerías y servicios de albañilería.
Alemania encabezó la oposición a esta iniciativa por considerar que reducirá los ingresos fiscales de los Estados y provocará distorsiones de la competencia. Francia es la principal promotora del plan porque quiere introducir el IVA reducido en los restaurantes. En España ya se aplica el IVA reducido en los restaurantes gracias a una derogación desde que ingresó en la UE. Cualquier norma sobre fiscalidad debe aprobarse por unanimidad.
"Hay dos escuelas de pensamiento entre los Estados miembros. Una que da prioridad a las consideraciones presupuestarias y al equilibrio presupuestario y la otra que da prioridad a otras consideraciones políticas como las laborales, sociales, medioambientales o culturales", dijo el comisario responsable de Fiscalidad, László Kovács, al término de la reunión.
Los Veintisiete pidieron al Ejecutivo comunitario que presente en octubre un nuevo informe sobre las consecuencias presupuestarias de la rebaja del IVA. "El deseo colectivo es que continuemos este debate, no que lo enterremos", aseguró la ministra francesa de Finanzas y presidenta del Ecofin, Christine Lagarde.
Por su parte, el vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, explicó que España ocupa una posición intermedia entre los que apoyan y los que rechazan la aplicación del IVA reducido. Por un lado, señaló que para aquellos productos y servicios que no tengan un impacto en otras economías debería haber una "mayor discrecionalidad" y "capacidad de actuación" de los Estados miembros.
Por otro lado, advirtió de que "si cada uno al final hace lo que considera oportuno" se pone en riesgo "la armonización del único impuesto que está realmente con un carácter razonablemente armonizado en Europa", lo que tendría un "impacto negativo".
"El debate ha sido útil en el sentido de que cada uno ha expresado honestamente sus puntos de vista, pero como siempre es un debate en el que las posiciones siguen muy separadas", concluyó Solbes.
