Vaticano.- El Papa pide a los jóvenes no "quemar" la juventud en modas pasajeras

Actualizado: domingo, 18 mayo 2008 19:46

GÉNOVA, 18 May. (EP/ACI) -

Durante un masivo y festivo encuentro con los jóvenes genoveses, en el marco de su visita a Génova (norte de Italia), el Papa Benedicto XVI recordó que Jesús es el único amigo que nunca defrauda, e invitó nuevamente a la participación masiva en la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Sidney.

"La bondad y la generosidad mantienen la verdadera juventud en los corazones, a pesar de los años que pasan velozmente", dijo el Santo Padre a una multitud de jóvenes entusiastas reunidos en una lluviosa mañana en la Plaza Matteotti.

"Si un joven descubre los verdaderos y grandes valores nunca envejece"; pero para ello es necesario "no seguir las modas que se queman en un instante, en una carrera frenética y aturdidora".

Benedicto XVI recordó después la necesidad de acompañar su entusiasmo con una sólida formación en la fe, "para responder a las múltiples preguntas juveniles sobre la vida, la fe cristiana y la Iglesia", para "salir al paso de la aridez y del desierto del alma, de las dependencias de mitos llamativos y de las mentiras difundidas, de los lugares comunes del pensamiento"; para "entrar en el centro de las cuestiones decisivas, debatidas hoy sin una fe pensada y una razón entrenada para percibir la verdad de los valores y presentarlos con sereno rigor al que no tiene la luz de la fe".

El Santo Padre también destacó la formación como un medio "para ser misioneros valientes y alegres, equipados culturalmente para anunciar a todos que Jesús es la razón suprema de la vida y de la juventud".

Durante el encuentro, el Pontífice entregó el Evangelio a algunos jóvenes como signo de envío misionero y destacó: "¡Id, queridísimos jóvenes, a vuestros ambientes de vida, a vuestras parroquias, a los barrios más difíciles, a las calles! ¡Anunciad a Cristo Señor, esperanza del mundo! Cuanto más el hombre se aleja de Dios, su Manantial, más se pierde a sí mismo, la convivencia humana se vuelve difícil y la sociedad se desmorona. Permaneced unidos entre vosotros, ayudaos a vivir y a crecer en la fe y en la vida cristiana, para poder ser testigos valientes del Señor".

"Unidos, pero no encerrados. Sed humildes, pero no pávidos. Sed sencillos, pero no ingenuos. Sed reflexivos, pero no complicados. Dialogad con todos, pero seguid siendo vosotros mismos", emplazó el Papa.

El Papa concluyó invitando a los jóvenes a permanecer en comunión con los sacerdotes y los obispos. "Vosotros tenéis necesidad de ellos y ellos, todos nosotros, tenemos necesidad de vosotros", aseguró.

"Cada uno de vosotros, queridos jóvenes, si permanece unido a Cristo y a la Iglesia puede cumplir grandes cosas. Éste es el deseo que os dejo como consigna. ¡Nos vemos en Sidney!", dijo finalmente el Pontífice.

NO DEJAR DE CONFIAR EN LA VIRGEN

Durante el rezo del Ángelus, Benedicto XVI animó a los católicos a no dejar nunca de confiar en María. El Pontífice se refirió a las dificultades iniciales que encontró siglos atrás el vidente a quien nuestra Señora de la Guardia --patrona de la ciudad-- pidió construir un santuario en lo alto del monte Figogna.

El Papa recordó que en aquella ocasión, en su primera aparición, la Virgen le dijo: "¡Confía en mí! Los medios no te faltarán. Con mi ayuda todo te será fácil. Sólo mantén firme tu voluntad. ¡Confía en mí!".

"Esto nos repite hoy María. Una antigua oración, tan querida en la tradición popular, nos hace dirigirnos a Ella con estas confiadas palabras, que hoy hacemos nuestras: 'Acordaos, oh Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno que haya acudido a tu protección, implorando tu ayuda y tu protección, haya sido jamás abandonado".

"Es con esta certeza que invocamos la materna asistencia de la Virgen de la Guardia", dijo el Santo Padre; "a Ella le pedimos que vele, de manera particular, por los enfermos y los sufrientes, y que haga fructíferas las iniciativas misioneras, para llevar a todos el anuncio del Evangelio".

El Papa concluyó pidiendo a María que guíe el camino de todos los genoveses, que tantos misioneros ha dado al mundo, especialmente a las Américas.