Vaticano.- El Papa pide paz para Georgia y alienta el envío de ayuda humanitaria a los damnificados

Actualizado: domingo, 17 agosto 2008 19:23

Benedicto XVI exhorta a superar racismo y toda división entre los seres humanos

ROMA, 17 Ago. (ACI/EP) -

El Papa Benedicto XVI realizó hoy un enérgico llamamiento a la paz en Georgia para que la tregua decretada en esa zona "pueda consolidarse y transformarse en paz estable". Tras el tradicional rezo del Ángelus, el Santo Padre elevó sus oraciones por todas las víctimas de este conflicto; y alentó la ayuda humanitaria para las poblaciones afectadas.

"Sigo con atención y preocupación la situación en Georgia y mi siento particularmente cercano a las víctimas del conflicto. Mientras elevo una oración especial de sufragio por los difuntos, expreso mis sinceras condolencias a cuantos están de luto, y llamo a que sean aliviados con generosidad los prófugos, sobre todo las mujeres y los niños, quienes podrían tener dificultades para obtener lo necesario para sobrevivir", dijo.

Asimismo, el Pontífice pidió la apertura "de corredores humanitarios entre la región de Osetia del Sur y el resto de Georgia, de modo que los muertos todavía abandonados puedan recibir digna sepultura, los heridos sean adecuadamente curados y puedan llegar hasta donde están sus seres queridos. Que se garantice, además, a las minorías étnicas involucradas en el conflicto la seguridad y los derechos fundamentales que no pueden nunca ser conculcados".

Finalmente, el Papa hizo votos para que la actual tregua, "lograda gracias a la contribución de la Unión Europea, pueda consolidarse y transformarse en paz estable, mientras invito a la comunidad internacional a seguir ofreciendo su sostenimiento para alcanzar una solución duradera, a través del diálogo y la buena voluntad común".

SUPERAR EL RACISMO Y LAS DIVISIONES

Ante miles de fieles y peregrinos reunidos en Castelgandolfo, Benedicto XVI exhortó a los presentes a trabajar por que la sociedad supere todo racismo, intolerancia y exclusión en el respeto de la dignidad humana.

El Santo Padre animó luego a recordar la "gran responsabilidad de la comunidad eclesial, llamada a ser un hogar para todos, signo e instrumento de comunión para toda la familia humana".

"Qué importante es, sobre todo en nuestros tiempos, que toda comunidad cristiana profundice cada vez más esta conciencia, para poder así también ayudar a la sociedad civil a superar toda posible tentación de racismo, de intolerancia y de exclusión, y a organizarse con opciones respetuosas de la dignidad de cada ser humano", continuó.

El Pontífice hizo notar que "lamentablemente en diversos países se registran nuevas manifestaciones preocupantes de éste, vinculadas frecuentemente a problemas sociales y económicos, que no pueden justificar el desprecio y la discriminación racial. Oramos para que en todo lugar crezca el respeto por cada persona, junto a la conciencia responsable de que solamente en la acogida recíproca de todos es posible construir un mundo signado por una justicia auténtica y paz verdadera".

ACCIDENTES DE TRÁFICO

Seguidamente el Papa llamó la atención sobre los "numerosos y graves accidentes automovilísticos" que ocurren cada vez con más frecuencia en las carreteras del mundo, resaltando en primer lugar que "no debemos acostumbrarnos a esta triste realidad. Demasiado precioso es, en efecto, el bien de la vida humana y demasiado indigno del hombre es morir o encontrarse inválido por causas que, en la mayor parte de los casos, se podrían evitar".

"Es necesario continuó un mayor sentido de responsabilidad. Ante todo por parte de los automovilistas, porque los accidentes se deben frecuentemente al exceso de velocidad y a los comportamientos imprudentes. Conducir un vehículo por las vías públicas requiere de sentido moral y sentido cívico. Para promocionar este último es indispensable el trabajo constante de prevención, vigilancia y represión por parte de las autoridades competentes", continuó.

Tras haber exhortado a los cristianos a hacer "un examen de conciencia personal sobre la propia conducta de automovilistas" y pedir que "las comunidades eduquen asimismo a todos a considerar el conducir un campo donde defender la vida y ejercitar concretamente el amor del prójimo", Benedicto XVI inició el rezo del Ángelus y terminado este saludó a los peregrinos en diversos idiomas.