Vivir en la línea de frente en Ucrania

Lubok Vladimirova vive cerca de la línea de frente en el este de Ucrania
HALO TRUST
Actualizado: domingo, 30 septiembre 2018 13:03

HALO restaura la esperanza en la localidad de Kodema con la retirada de minas y explosivos

KIEV, 30 Sep. (Por HALO Trust) -

Antes de la guerra, la vida en la tranquila localidad de Kodema, en el este de Ucrania, era buena. Esta es una comunidad agrícola con extensos campos regados por la luz del sol en verano y con exuberantes llanuras de pasto a las que los granjeros llevan su ganado.

Lubov Vladimirovna ha vivido aquí durante toda su vida y ahora cuida un rebaño que poseen ella y su marido. Pero en 2014 su existencia pacífica saltó por los aires cuando Kodema se encontró en el centro de la batalla entre el Gobierno y las fuerzas antigubernamentales.

Durante dos años, la localidad estuvo en la línea de frente de los enfrentamientos y los continuos disparos de artillería mientras el Ejército ucraniano intentaba recuperar el control de las localidades cercanas. Los combates se encuentran ahora a unos 5 kilómetros de distancia pero nunca están lo suficientemente lejos para las mentes de quienes viven en Kodema.

"Todavía hay familias que viven aquí, niños, madres, padres. ¿Pero que queda para la gente aquí? Ahora no queda nada", se lamenta Lubov Vladimirovna.

Los habitantes de Kodema se sienten perturbados por los horrores de los últimos cuatro años. Con lágrimas en sus ojos, Lubov describe el impacto en los hijos de sus vecinos. "Por la noche, los más pequeños lloran porque no pueden dormirse. Solo duermen cuando está soleado, porque en la oscuridad escuchan los disparos", explica.

SIETE MUERTOS Y HERIDOS

La presencia de minas terrestres también es un recordatorio de lo que la localidad ha sufrido. Abandonadas por los soldados, ya han tenido un mortal impacto: siete personas han muerto o resultado heridas por minas y restos explosivos de la guerra.

Lyudmila es amiga de Lubov y estaba dando de pastar a sus vacas en una colina cuando su pie se enganchó con una cuerda trampa, desencadenando una explosión. El estallido la hirió de gravedad en su pierna y brazo izquierdos.

"Los médicos me dijeron que había tenido suerte de poder caminar e incluso ponerme en pie. Ahora eh vuelto a trabajar, ¡necesito dinero para vivir! Pero ya no usamos esa zona de pasto más, incluso si la hierba allí era realmente buena", comenta.

SIN PODER LLEVAR A PASTAR AL GANADO

La sombra de las minas también es una pesada carga para Lubov. "Antes de la guerra, las cosas eran buenas. Solíamos llevar a nuestros animales a los campos a pastar y cultivábamos nuestro propio heno. Pero cuando comenzaron los enfrentamientos me quedé más cerca de casa, tenía miedo de llevar a las vacas a mis terrenos al otro lado de la localidad", relata.

En 2015, el temor de Lubov se vio confirmado cuando los soldados llamaron a su puerta para decirle que su terreno había sido minado y que ya no podía usarlo porque era un peligro.

"Eso supuso la pérdida permanente de acceso al heno que cultivábamos para nuestras vacas. Ahora tenemos que comprarlo y es muy caro, una bala cuesta 60 grivnas (unos 1,8 euros) y es incluso más caro en invierno. No hay nada que podamos hacer, tenemos que comprarlo porque tenemos que alimentar a nuestro ganado de alguna manera", se lamenta.

Lubov no sabía cuándo podría conseguir recuperar sus tierras hasta que a principios de agosto de 2018, HALO comenzó a trabajar para acabar con el peligro de las minas en Kodema. Más de 650.000 metros cuadrados de tierra en y en torno a la localidad han sido identificados como peligrosos porque están contaminados con minas terrestres, incluidas minas antitanque que podrían matar a varias personas en un único estallido, y otros restos explosivos dejados atrás por los disparos de artillería.

Dos de los equipos de HALO, financiados por Reino Unido y Noruega, están trabajando ahora para limpiar estos terrenos, para devolver a Lubov y sus vecinos la seguridad y las prosperidad sin la que viven desde hace demasiado tiempo.

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