El voto de los pensionistas, vital para Putin y su reelección

Recogida de firmas en apoyo a la candidatura de Putin
REUTERS / PAVEL REBROV
Publicado: domingo, 11 marzo 2018 10:18

El presidente ruso apuesta por tener contento a este sector de la población en detrimento de los más jóvenes

MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

En unas elecciones en las que el resultado se da por seguro como las presidenciales en Rusia del próximo 18 de marzo, la tasa de participación se convierte en un factor fundamental a la hora de medir el respaldo con el que goza el presidente ruso, Vladimir Putin. En esa participación, los pensionistas rusos serán un elemento clave de apoyo al mandatario, que confía con lograr su cuarto mandato.

El hecho de que la victoria de Putin se dé por segura hace temer una participación mínima, a lo que se suma el llamamiento al boicot con las urnas del principal dirigente opositor, Alexei Navalni, vetado de ser candidato por una condena en su contra. Además, hay que tener en cuenta que en las elecciones parlamentarias de 2016 la participación fue de tan solo el 48 por ciento, un dato que en las grandes ciudades como Moscú o San Peterburgo fue aún menor.

A tenor de lo que apuntaba un sondeo publicado el pasado diciembre por el Centro Levada, la principal firma demoscópica independiente del país, solo el 30 por ciento de los encuestados tenían decidido votar en las elecciones, mientras que el 28 por ciento apuntaban a que "probablemente" lo harían. Los que tenían intención de hacerlo tenían su elección clara: el 75 por ciento votarían por Putin.

En opinión de Sarah Wilson Sokhey, profesora de la Universidad de Boulder (Estados Unidos), Putin, al que los sondeos ofrecen una aprobación en torno al 80 por ciento, "es genuinamente popular", y este dato estaría inflado en unos diez puntos, "lo que sigue situando la aprobación" en torno a esa cifra. Esto no significa, subraya la experta, que la oposición no haya aumentado, en particular en torno al problema de la corrupción.

El deseo de Putin y de su entorno es una "alta participación y una victoria cómoda en primera vuelta" para lo que el mandatario trata de presentarse como "un buen zar" y la política social, las promesas en materia de pensiones, educación o sanidad, es la clave, destaca Wilson en un reciente artículo publicado por el 'think-tank' Foreign Policy Research Institute (FPRI).

"Las pensiones desempeñan un papel central en la política rusa", subraya la experta, incidiendo en que tanto Putin como Boris Yelsin en su momento y también Dimitri Medvedev "todos incrementaron las pensiones antes de sus respectivas elecciones presidenciales". Mantener al electorado de mayor edad contento y no cambiar la ley de jubilación, bastante baja en comparación con otros países en Rusia --55 años las mujeres y 60 los hombres--, ha sido uno de los mejores instrumentos.

LOS MAYORES DE 65 AÑOS, EL 13% DE LA POBLACIÓN

El motivo para ello es evidente: desde los años 1990, los rusos mayores de 65 años representan a entre el 10 y el 13 por ciento de la población. Según las estimaciones del Banco Mundial, para 2025 el 25 por ciento de la población de Rusia serán mayores de 65 años.

Muchos rusos, según destaca la profesora en ciencias políticas en su artículo '¿Comprando apoyos? La popularidad de Putin y el estado de bienestar ruso', mantienen aún vivo en la memoria el sistema de bienestar de la era soviética, en la que el Estado era el que proveía, generando con ello altas expectativas.

Hoy en día, aquellos que vivieron esa época siguen teniendo en gran estima el bienestar social por delante de otras cuestiones como la democracia, las reformas de mercado y la igualdad de género, subraya Wilson. Putin es consciente de ello y en todas las elecciones ha hecho anuncios y promesas relativos a las pensiones, con varias subidas y reformas, y en general se ha encargado de cumplirlas.

PROMESAS INCUMPLIDAD EN EDUCACIÓN Y SANIDAD

No ocurre otro tanto con sus promesas en materia de sanidad y educación, muchas de las cuales han quedado en letra muerta tras ser anunciadas en periodos pre-electorales. En el caso de la primera, está garantizada mediante un sistema de seguro financiado por el Estado pero que no cubre todos los gastos y genera desigualdades. En cuanto a la educación, el Estado garantiza la gratuidad hasta la secundaria y financia algunas universidades públicas.

Según Wilson, los países de la UE gastan de media en torno al 7 por ciento del PIB en sanidad y el 5 por ciento del PIB en salud, mientras que Rusia destina el 3,5 por ciento a sanidad y el 3,6 por ciento a educación. Además, ambos ámbitos no figuran entre los principales motivos de preocupación para los rusos. Así, el 26 por ciento se muestran preocupados por el alza de los precios, el paro y la corrupción, pero solo al 13 por ciento les preocupan los problemas de acceso a la sanidad.

Por ello, no es de extrañar, esgrime la experta, que cuando Putin quiera reforzar su apoyo opte por mejorar las pensiones, aunque para ello tenga que "retirar beneficios a los futuros pensionistas, por ejemplo las generaciones jóvenes, que no están prestando atención y puede ser menos probable que voten".

PUTIN, CENTRADO EN EL CORTO PLAZO

"Putin está más centrado en las cuestiones inmediatas y menos en la planificación a largo plazo", subraya la profesora estadounidense. "El Gobierno se ha dado cuenta, de forma correcta, de que los actuales, y no los futuros pensionistas, son críticos para el éxito electoral", añade, lo que explica que bajo en mandato de Putin el gasto en educación y atención sanitaria haya disminuido.

"Aunque Putin podría usar de forma similar la educación y la sanidad para comprar apoyo, ha determinado que los beneficios de hacerlo no son suficientes", resume Wilson, que incide en que parece estar en lo cierto al no hacerlo puesto que "hasta la fecha, el desinterés del Estado en incrementar la inversión en estos servicios sociales ha tenido poco impacto en la popularidad de Putin".

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