DAKAR, 21 Jul. (Reuters/EP) -
El presidente de China, Xi Jinping, ha llegado este sábado a Senegal para una vista de dos días en la que firmará acuerdos bilaterales, en la primera escala de una gira por África, en un momento en que el continente está inundado de créditos baratos chinos a cambio de minerales y contratos de construcción.
En la actualidad, China comercia más con África que con cualquier nación y el viaje de Xi --su segundo al extranjero desde que comenzó su segundo mandato bajo nuevas reglas que abolieron las limitaciones de permanencia en el cargo-- le llevará también a Ruanda y Sudáfrica, donde asistirá a una cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
La constante preocupación de China por África contrasta de forma aguda con Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, ha mostrado un interés escaso por el continente.
Se trata de su tercer encuentro con el presidente senegalés, Macky Sall, con quien firmará varios acuerdos. El embajador chino en Senegal, Zhang Xun, fue citado en marzo en la prensa local diciendo que China había invertido 100 millones de dólares en Senegal en 2017.
Xi fue recibido por una banda militar y cientos de personas que ondeaban banderas de China y Senegal y vestían camisetas con la cara de los líderes.
África vive un auge de proyectos de infraestructura, gestionados y financiados de forma barata por China, en el marco de la iniciativa "Cinturón y Carretera" de Xi, que busca construir una red de transporte que conecte al gigante asiático por tierra y mar con el Sudeste Asiático, Asia Central, Oriente Medio, Europa y África.
Pekín ha prometido 126.000 millones de dólares para el plan, que ha sido alabado por sus defensores como una fuente de financiación vital para el mundo en desarrollo. En Senegal, los préstamos chinos han financiado una autovía que une la capital, Dakar, con Touba, su segunda ciudad más importante, y parte de un parque industrial en la península de Dakar.
Los críticos afirman que África se está cargando de deuda china que tendrá problemas en pagar, con estimaciones de varias decenas de miles de millones de dólares. Esto podría dejar a las naciones africanas sin otra opción que entregar a China el control de participaciones en bienes estratégicos.
