MADRID, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, defendió este miércoles su inminente regreso a su país y denunció la postura del mandatario interino, a quien considera que "la palabra traidor se le queda muy corta" tras estar "implicado" en asesinatos y generar un contexto en el que el mandatario legítimo no descarta su propia muerte.
El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, había dado como plazo las 23:00 de ayer (hora peninsular en España) para la consecución de un acuerdo que permitiese el regreso Zelaya. Vencido el plazo, el mandatario depuesto anunció desde Nicaragua que ya se encuentra en "el camino de retorno", ya que "sería muy rechazado por la comunidad hondureña si no lo intentara".
Así, en declaraciones a la Cadena Ser recogidas por Europa Press, Zelaya convocó a sus seguidores a las fronteras con El Salvador y Guatemala para preparar esta vuelta, de la que no aclaró fecha y forma por "una estrategia de seguridad".
"Mi regreso es una manifestación de paz, ellos son los que han apostado por las armas", aseguró Zelaya, en referencia al Gobierno 'de facto' encabezado por Micheletti. No obstante, agregó, "sólo les podemos vencer si la comunidad internacional nos acompaña en esta lucha".
Zelaya considera que al presidente interino "la palabra traidor le queda muy corta". En este sentido, denunció que "está implicado en asesinatos", después de que supuestamente haya ordenado disparar contra "manifestaciones pacíficas".
INTENTOS DE ASESINATOS
Zelaya también aludió a su hipotético asesinato y, ante un posible escenario de violencia a su regreso a Honduras, el presidente depuesto puso nombre y apellidos al causante de su posible fallecimiento. Responsabiliza al jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, Romero Vázquez, en caso de que alguien intente asesinarle a su entrada al país.
En este contexto, Zelaya matizó que su intención no es dar pie a un brote de violencia, ya que a su juicio este brote "lo han provocado los que tienen las armas". "Reclamar una conquista social como es la democracia" no es una situación violenta, añadió.
El dirigente apostó por defender la democracia en Honduras y por que los presidentes salgan de las urnas, dado que "las elecciones son un proceso normal" vigente en el país iberoamericano "desde hace 30 años". "En Honduras sólo el pueblo puede poner presidente, aceptar que alguien que no tiene ese derecho gobierno es una humillación para el pueblo".
