Abren los colegios electorales en Zimbabue para las primeras elecciones sin Mugabe

Carteles electorales del ZANU-PF de Mnangagwa antes de elecciones en Zimbabue
REUTERS / PHILIMON BULAWAYO 
Actualizado: lunes, 30 julio 2018 7:39

La oposición ha denunciado múltiples irregularidades y llegó a amenazar con boicotear el proceso

El Ejército promete mantenerse al margen y el mandatario garantiza que la votación será justa

MADRID, 30 (EUROPA PRESS)

Los colegios electorales de Zimbabue han abierto sus puertas este lunes a las 7.00 de la mañana (hora local) para que los ciudadanos puedan votar en el marco de los primeros comicios sin la figura de Robert Mugabe al frente del país tras su salida del poder después del golpe incruento dado por el Ejército en noviembre de 2017 para poner en la Presidencia a Emmerson Mnangagwa.

La población acudirá a las urnas para las que serán las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias conjuntas en la historia del país, con dudas sobre los apoyos que podrá mantener Mnangagwa --que parte como favorito-- en torno al ZANU-PF y el respaldo con el que pueda contar el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) tras la muerte en febrero del histórico líder opositor Morgan Tsvangirai.

En total la comisión electoral ha recibido 23 candidaturas, incluidas las de Mnangagwa, el líder del MDC, Nelson Chamisa, y la de la también opositora de Mugabe y exvicepresidenta Joice Mujuru. La cifra es la mayor desde la independencia de Zimbabue de Rodesia en 1980, si bien la oposición ha mantenido sus denuncias sobre la posible falta de transparencia de los comicios.

El principal objetivo de las autoridades es evitar que se repita lo sucedido en 2008, cuando Tsvangirai se impuso a Mugabe en las presidenciales y se celebró una segunda vuelta marcada por unas semanas previas con numerosos episodios de violencia y asesinatos de miembros del MDC, lo que llevó al opositor a retirar su candidatura y permitió renovar el mandato al entonces presidente.

La campaña electoral se vio ensombrecida por el ataque ejecutado el 24 de junio contra un acto de Mnangagwa --que salió ileso--, que se saldó con la muerte de dos personas y que el propio mandatario achacó a un grupo vinculado a la ex primera dama Grace Mugabe.

La transición encabezada por el nuevo mandatario tras la dimisión forzada de Mugabe por su decisión de cesar a Mnangagwa como vicepresidente para dejar paso a su esposa, Grace Mugabe, ha estado centrada en un discurso sobre reformas económicas y vuelta del país al circuito internacional, lo que le ha hecho recabar algunos apoyos entre aquellos que quieren pasar página a la última etapa y la grave crisis económica en la que se vio sumido en los últimos años.

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Sin embargo, la oposición, encarnada principalmente en el MDC, ha denunciado que estas reformas son insuficientes y ha reclamado una mayor democratización, al tiempo que ha criticado prácticas del antiguo régimen para intentar garantizar la supervivencia del ZANU-PF --ya sin Mugabe-- en estas elecciones.

Pese a ello, las Fuerzas Armadas han prometido que mantendrán la neutralidad en los comicios y han desmentido que hayan desplegado a sus fuerzas en zonas rurales para intimidar a los votantes.

En este sentido, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó esta semana su preocupación por las informaciones sobre intimidaciones a votantes y amenazas de violencia en zonas rurales, si bien reconoció "la ampliación del espacio democrático en Zimbabue".

Por su parte, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Zimbabue (FDZ), Overson Mugwisi, recalcó menos de un mes antes de las elecciones que el Ejército no tendrá un papel directo en los comicios y que sólo jugará "un papel de apoyo" en caso de que sea "necesario".

En esta línea, el MDC ha recordado que Mnangagwa fue uno de los aliados más cercanos de Mugabe durante su periodo en el poder, incluidas las masacres de Matabelelandia en los ochenta, al tiempo que ha incidido en que cuenta con el respaldo total del Ejército --que le llevó al poder-- y el resto del aparato de seguridad, lo que ha llevado a la formación a denunciar un cambio cosmético en el régimen de Mugabe.

LAS DENUNCIAS DEL MDC

Chamisa incrementó el tono de sus denuncias sobre el proceso electoral en las semanas previas a la votación y, tras criticar la falta de transparencia del proceso y reclamar una auditoría independiente del censo, solicitó además a la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) una cumbre para resolver lo que describió como una "disputa" en torno al proceso.

Así, cargó una vez más contra la presidenta de la comisión electoral, Priscilla Chigumba, y su "intransigencia" en torno a las quejas sobre el censo y las papeletas. El MDC ha denunciado en múltiples ocasiones que fueron impresas sin un acuerdo con la oposición, lo que ha tildado de irregular.

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La comisión electoral ha sostenido en todo momento que ha actuado en el marco legal y ha recordado que no tiene obligación de permitir el acceso de los partidos a la impresión de las papeletas, si bien Chamisa ha defendido que la Constitución permite un "acceso razonable" al material e información de votación, incluidas las papeletas.

El líder opositor, que ha intentado amalgamar a las facciones opositoras tras el fallecimiento de Tsvangirai --cara de la oposición a Mugabe durante los últimos años-- a causa de un cáncer, llegó a amenazar con boicotear las elecciones y confirmó su participación a pocos días de los comicios.

"No queremos boicotear nuestra victoria. Los ganadores no abandonan", dijo el miércoles, antes de resaltar que "el martes habrá un nuevo presidente en el país". "Es inevitable. Es imparable", manifestó, si bien reiteró sus denuncias sobre la existencia de "maquinaciones y chanchullos" por parte de la comisión electoral para beneficiar a Mnangagwa.

MNANGAGWA DICE QUE SERÁN LAS MÁS JUSTAS

Por el contrario, Mnagagwa ha manifestado en todo momento que las elecciones serán las más libres y justas disputadas en el país y el portavoz del Ejecutivo, George Charamba, resaltó a principios de junio que las autoridades "han garantizado unos comicios pacíficos".

Así, Mnagagwa defendió el 25 de julio que "la gente debe poder hacer lo que quiere mientras se respete a otros y se respete la paz", antes de advertir que las autoridades no iban a permitir que el país se viera sumido en la "anarquía" con las protestas convocadas por el MDC y la Alianza en las jornadas previas a los comicios.

El presidente resaltó en enero que abandonará el poder si pierde las elecciones, si bien durante un acto en junio aseguró que el ZANU-PF permanecerá en el poder tras las elecciones. "Las cosas no van a cambiar. Nada será diferente. El ZANU-PF está en el poder y seguirá en el poder", dijo, antes de tildar a los opositores de "cachorros ladradores".

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Los mítines del mandatario han estado centrados en su agenda de reforma económica para intentar sacar al país de la profunda crisis en la que se encuentra y rebajar las elevadas tasas de paro. "Zimbabue está abierto a los negocios", es una frase que ha pronunciado en numerosas ocasiones desde su llegada a la Presidencia.

Asimismo, ha mostrado signos de apertura hacia la comunidad internacional, apostando por la reintegración en la Commonwealth --que el país abandonó en 2003-- y por fomentar un incremento de los intercambios diplomáticos y comerciales tras años de aislamiento durante el mandato de Mugabe.

En este sentido, el ZANU-PF ha impulsado un mensaje centrado en animar a la población a avanzar hacia un periodo de mayor prosperidad bajo la dirección de un político con experiencia que sea capaz de garantizar la estabilidad del país africano.

Precisamente este mensaje ha llevado a Tendai Biti, una de las principales figuras del MDC, a reseñar que "se acabó con un dictador en noviembre de 2017, pero no se acabó con la dictadura".

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