Condenado a 2 años de cárcel un acusado de estafar 200.000 euros en Gran Canaria y cambiarlos por cartulinas

Actualizado: jueves, 12 marzo 2009 15:31

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a dos años de prisión y multa de ocho meses con cuota diaria de cinco euros a Eric Kouam, acusado de estafar 200.000 euros a un hombre en Gran Canaria, a quien se los cambió por trozos de cartulina.

La sentencia, dada a conocer hoy y contra la que cabe interponer recurso de casación en el plazo de cinco días, obliga también al acusado a indemnizar a la víctima con 200.000 euros. No obstante, la Audiencia ratifica el auto de insolvencia del acusado dictado el 23 de septiembre de 2008.

Así, la Sala considera probado que el acusado, mayor de edad y natural de Camerún, se puso de acuerdo con otra persona no enjuiciada en esta causa, a finales del año 2006 y principios del 2007, y propuso a su entonces amigo, la víctima, dedicado a diversas actividades empresariales, conocer a una persona, también amigo suyo, de su país de origen, hijo, según le manifestó, del ministro de finanzas del Camerún y que disponía de dinero para invertir en negocios diversos.

Con la expectativa de poder realizar tales negocios, la víctima acudió a una cita en un hotel de Las Palmas de Gran Canaria, en la que estuvieron presentes Eric Kouam y el supuesto hijo del ministro camerunés, quienes le manifestaron que éste último disponía de importantes cantidades de dinero en billetes tintados que, una vez que se les aplicaban unos reactivos químicos, y en contacto con otro billete auténtico, del mismo valor y en perfectas condiciones, envueltos en papel de aluminio, recuperaban su color y apariencia habitual.

Para acreditarlo le hizo una demostración ofreciendo a la víctima una ganancia del 30 por ciento a cambio de que le facilitase cuantos billetes de 500 euros pudiese obtener para poder realizar dicha operación con los que él tenía disponibles.

USO DE REACTIVOS QUÍMICOS

Posteriormente la víctima, en compañía del procesado, viajó a Madrid para continuar con las negociaciones solicitando que se realizase una nueva prueba a cuyo efecto, en día no determinado del mes de febrero o marzo, la víctima y Eric, en compañía de un amigo del primero, acudieron a casa del perjudicado. Allí una vez más, Eric cogió dos trozos de papel en blanco, colocó entre ambos un billete de 500 euros, y tras aplicarles diversos reactivos químicos, envolverlos en papel de aluminio y lavarlos, obtuvo tres billetes de 500 euros que se presentaban las mismas características que los de curso legal.

Después de tales demostraciones, convencido el perjudicado de que el procedimiento funcionaba perfectamente, concertó un encuentro, en su domicilio, con el supuesto hijo del ministro de Camerún y con el acusado, quienes acudieron portando dos maletas, con billetes supuestamente tintados, así como diversos productos químicos.

En ese momento la víctima les entregó 200.000 euros en billetes de 500 euros que el acusado, junto con el otro hombre, fue colocando, uno a uno, en medio de dos de los que ellos portaban hasta realizar un fajo de billetes que, tras aplicarle el correspondiente reactivo, envolvieron en papel de aluminio.

Aprovechando alguna de las ocasiones en las que el perjudicado les dejó solos, sustituyeron el fajo que contenía los billetes que la víctima les había entregado por otro en el que únicamente había una serie de trozos de cartulina, debidamente envueltas en papel de aluminio, de color oscuro, pero donde no existía billete alguno de curso legal, abandonando posteriormente la casa y citándose para el día siguiente en un hotel donde informaron a la víctima que debía dejar el paquete envuelto en aluminio hasta el día siguiente para que la tinta cuajase.

Al día siguiente, cuando la víctima, tras acudir a la cita concertada con el supuesto hijo del Ministro de Defensa en un hotel de la capital para el aclarado final de los billetes, se percató de que éste no se presentaba a la misma, procedió a abrir el paquete que había quedado en su casa en cuyo interior únicamente localizó los trozos de cartulina citados.