LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha aprobado el segundo plan de recuperación del opilión de la Cueva del Llano (Maiorerus randoi), una especie endémica que se encuentra incluida en la categoría de 'en peligro de extinción' en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, ya que la única población conocida se localiza en el tubo volcánico Cueva del Llano, en el municipio de La Oliva (Fuerteventura).
Este segundo plan busca garantizar la supervivencia de la especie, que desarrolla todo su ciclo vital en el medio subterráneo y que se encuentra en un "precario estado" de conservación, prestando una especial atención a enmendar las condiciones que están limitando el aporte de nutrientes a la cavidad, según informó el Ejecutivo autonómico en nota de prensa.
Así, el ámbito de actuación del plan abarca la totalidad del área de distribución conocida de la especie, que se circunscribe al tubo volcánico Cueva del Llano, siendo la proyección del mismo en superficie y la zona de protección de unos 50 metros en todas las direcciones, medidos a partir del perímetro de dicho tubo volcánico.
Para desarrollar el plan indican que se presta "especial atención" a enmendar las condiciones que están limitando el aporte de nutrientes a la cavidad y como continuación de otro plan anterior aprobado por Decreto 38/2012 que estuvo vigente durante cinco años.
En concreto, el consejero regional de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, subrayó que esta especie "es muy susceptible a los cambios de las condiciones ambientales", de tal forma que el plan de recuperación "plantea acciones encaminadas a mejorar el estado de la cavidad, particularmente en los sectores III y IV del tubo volcánico".
Así, añadió, que entre las actuaciones encaminadas a mejorar el estado de conservación de la Cueva del Llano se plantea la modificación del cerramiento del Centro de Interpretación de la Cueva del Llano para permitir la entrada del agua procedente de la escorrentía, así como la canalización de las aguas superficiales desde el cauce del barranco y la regulación de los usos en las áreas críticas delimitadas por el plan.
