Ginés Morata asegura que son los políticos quienes deben poner el límite a las modificaciones genéticas al hombre

Actualizado: viernes, 11 julio 2008 19:54

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

"¿Hasta qué punto se quiere modificar genéticamente al hombre?", se preguntó el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científico-Técnica 2007, Ginés Morata y experto en genética de desarrollo, quien respondió severamente: "Eso lo deben decidir los políticos, no los científicos".

Asimismo, Morata explicó, según informó en un comunicado la Universidad de La Laguna, que "la biología es una ciencia explosiva en estos momentos, que está desarrollando posibilidades inimaginables en el campo de la biomedicina". Con esta rotundidad se expresó mientras clausuraba el Congreso Internacional AELFA, dedicado a los trastornos de la voz y el lenguaje, en la ULL.

Morata adelantó, en rueda de prensa, que esta es la primera vez que se ofrece la posibilidad de que el hombre pueda modificarse genéticamente, lo que tiene implicaciones a corto, medio y largo plazo. El investigador del CSIC explicó que hoy en día es factible modificar profundamente el diseño genético de los animales. En concreto, señaló que los humanos compartimos con la mosca del vinagre el 60% del código genético, por lo que resulta oportuno investigar en estos insectos cómo funciona el sistema biológico de los humanos.

"Por ejemplo, en Canarias hay mucha prevalencia de la diabetes, una enfermedad que si pudiera ser tratada genéticamente desaparecería", planteó. El experto reconoció además que el conocimiento se puede utilizar con fines malvados o loables, "para construir una bomba atómica o para el avance de la ciencia", al tiempo que señaló que la legislación siempre va un paso por detrás de las consecuencias legales que se desprenden de los descubrimientos científicos.

"La curación de enfermedades como el cáncer no es inmediata, ya que la aparición de cualquier fármaco requiere años de ensayos clínicos. Por otro lado, hay tumores que en ratas y ratones se curan muy bien, pero no así en humanos", señaló el también Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal de 2002.

SÍ A LOS TRANSGÉNICOS.

Morata se mostró "absolutamente partidario" de los alimentos transgénicos, y de hecho aseveró que todo lo que comemos está manipulado genéticamente y que siempre lo ha estado, primero mediante la propia evolución de la agricultura, y ahora, más finamente, mediante procesos en laboratorios. "Y encima los transgénicos supondrían la desaparición del hambre en muchas zonas del planeta", apuntó.

En cuanto a la situación de la ciencia en España, Morata constató el atraso científico de nuestro país, "que no se corresponde", dijo, "con el desarrollo económico y social, que en los últimos años ha sido espectacular; somos un país admirado fuera de nuestras fronteras", agregó.

Por otro lado, España sigue invirtiendo en I+D menos que la media europea, si bien a partir de 2005 el porcentaje ha ido creciendo. En cualquier caso, señaló, "España tiene un gran potencial investigador", concluyó.