La UE reconoce la muerte de 10.000 irregulares al cruzar Canarias y el Estrecho en los últimos cinco años

Actualizado: miércoles, 4 abril 2007 22:07


LAS PALMAS, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Unión Europea (UE) reconoce la muerte de 10.000 inmigrantes irregulares en el intento de cruzar el Estrecho y hacia Canarias a lo largo de los últimos cinco años. Los expertos calculan que, de cada tres cayucos, uno naufraga en la travesía que separa el Archipiélago de las costas subsaharianas.

Estos datos están recogidos en un estudio sobre 'La emigración subsahariana: Marruecos como espacio de tránsito' del profesor en la facultad de Derecho Agdal de Rabat y presidente de la Asociación Marroquí de Estudios e Investigaciones sobre las Migraciones, Mohamed Khachani.

Según el Ministerio del Interior marroquí, hasta diciembre de 2005, las intercepciones de emigrantes clandestinos llegó a la cifra de 28.500 personas, de las que 21.140 eran extranjeros, un 90 por ciento originarios de Africa subsahariana, y 7.440 nacionales.

Se calcula que, en torno a, un 70 por ciento de ellos intentó más de una vez llegar a Europa a través de territorio español. Según la organización francesa Cimade, los subsaharianos en tránsito por el reino alauita, en su mayor parte, son artesanos y comerciantes seguido de empleados, estudiantes, sin actividad, profesiones liberales, agricultores, funcionarios, militares y pastores.

La Unión, según este trabajo publicado el pasado mes de diciembre, "reconoce la muerte de 10.000 personas" en el intento de llegar a Canarias y cruzar el Estrecho a lo largo de los últimos cinco años. Los expertos calculan que, de cada tres cayucos, uno naufraga en la travesía que separan las islas de las costas subsaharianas.

Un hecho que se explica con la consideración de que "al haberse consumado la muerte social, la muerte física ya no les asusta. La aventura, como la denominan, es un juego arriesgado pero la aceptan porque su proyecto es más fuerte que el miedo".

Según la Asociación Pro derechos Humanos de Andalucía (Apdha), se estima que aproximadamente unas 700 personas pudieron perder la vida, durante el año 2005, en el intento de emigrar a Europa vía España. De las 368 personas fallecidas se recogieron 137 cadáveres.

La incidencia mayor de las muertes se produjo en la ruta de Canarias con 227 personas que perdieron la vida, mas de la mitad (117) en las costas del Sahara. En cambio en la ruta hacia Andalucía, se contabilizaron 98 muertes. Por origen de las personas muertas o desaparecidas, más del 72 por ciento son personas de origen subsahariano mientras que el 28 por ciento restante eran de origen magrebí, entre ellos, y por primera vez se constató la muerte de 16 saharahuis.

En cuanto a las circunstancias en las que se produjeron las muertes de estas personas, según el seguimiento de los distintos casos y con las limitaciones propias de los medios disponibles, 253 sin papeles fallecieron en alta mar, 62 fueron devueltos por el mar, 12 en el desembarco o ya en tierra, otros tantos en el intento de entrar a nado en Ceuta mientras que otras 16 personas perdieron la vida en el asalto a las valles de Ceuta y Melilla.

Según la Media Luna Roja mauritana, parece que un 40 por ciento de las embarcaciones que salen de Mauritania hacia Canarias, con unos 1.000 kilómetros de separación a través del Atlántico, naufraga durante la travesía. Durante el periodo comprendido entre el 10 de noviembre de 2005 y el 6 de marzo de 2006, entre 1.200 y 1.300 personas habrían perdido la vida ahogadas intentando llegar a las islas.

El continente africano agrupa el 10 por ciento de la población mundial y sufre casi un 40 por ciento de los conflictos armados en el mundo. Según las proyecciones de Naciones Unidas, Africa tendría una población de 1.300 millones de habitantes en 2025 y de 1.700 millones en el horizontes del 2050.

Este trabajo advierte sobre la estrategia de la UE de "deslocalizar" su política inmigratoria, "convirtiendo de hecho al Magreb, en zona tampón donde se juega el destino de los inmigrantes". Los instrumentos para poner en práctica esta política son las "presiones" sobre los gobiernos magrebíes para promulgar leyes restrictivas de circulación en sus territorios, la creación de centros de acogida para los subsaharianos en los países del Norte de Africa, "empezando por centros piloto en Libia" y una mayor cooperación en integración policial (Frontex) y el uso de tecnología mas sofisticada (Sive).