La defensa de J.M.C se centra en la "duda razonable" y cree que "no ha quedado acreditado" que destruyera el atestado

Publicado: miércoles, 20 noviembre 2019 14:03

   Las defensas de J.R y A.T.L alegan que no se ha demostrado el consentimiento de sus defendidos

   LOGROÑO, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

   El abogado del policía local J.M.C, presunto autor material de la destrucción de parte del atestado policial de un accidente ocurrido el 19 de septiembre de 2015, ha centrado su defensa en la "duda razonable" y ha considerado que "no ha quedado acreditado" que lo hiciera.

   En la última sesión del juicio, con jurado popular, la defensa del principal acusado de destruir, entre otras pruebas, una prueba de alcoholemia, presuntamente, para beneficiar al conductor que dio positivo, que era su amigo, ha argumentado que "las pruebas" de la acusación "no están acreditadas ni pueden ser material para una acusación".

   Ha considerado que "el Ministerio Fiscal tiene que demostrar si es realmente así o alberga algún tipo de duda razonable" y, en este sentido, ha señalado que si hay "duda razonable el principio constitucional" manifiesta que "no puede haber sentencia".

   Para la defensa, "no hay certeza" de que la mujer del conductor que dio positivo llamara al agente para pedirle que rebajara la multa como favor, porque no ha quedado "acreditado" ni que lo hizo ella, aunque saliera de un móvil a su nombre, ni que tuviera contenido.

   También se ha referido a las tiras de alcoholemia que, presuntamente, destruyó el acusado, porque "no se ven" en el vídeo, ni se puede "afirmar" que, en ellas, se vea 0,29, que es lo que dio el conductor. Tampoco, ha dicho, "hay prueba de que los documentos que coge de la carpeta sean las tiras del accidente".

    "Las pruebas no están acreditadas ni pueden ser material para una acusación", ha aseverado al tiempo que se ha apoyado en que el entonces comisario jefe, Fernando Fernández Beneite, "rompe la cadena de mando en la reunión" con el acusado.

   "Olvídense de que tenga más valor por ser el jefe, olvídense, es una conversación que cada uno vio a su manera" ha dicho al jurado al tiempo que ha recordado que Beneite tiene causas abiertas y se apoya en otro agente que aprobó las oposiciones "con respuestas sonrojantes" en unas oposiciones que están judicializadas.

   A continuación, la letrada de J.R, Aratxa Medrano, ha recordado cómo su defendido reaccionó con "estupefacción", según relató el propio Beneite, cuando se pasó a hablar de "destrucción" de documentos, porque, ha argumentado, J.R pensaba "que habían desaparecido".

   Ha argumentado cómo "cualquier agente puede acceder a los atestados" y J.M.C "es una persona habitual" a la que su defendido no prestó atención cuando cogió los documentos, porque "su relación es inexistente, y lo que haga le da igual".

   "Ningún testigo afirma que J.M.C acusara al señor J.R" ha dicho al tiempo que ha resaltado que el primero "creyó que le daban permiso", pero esto "le pareció", no hubo nunca "un sí".

   Tanto J.R como A.T.L "terminaron de tramitar la denuncia" e "hicieron su trabajo; a lo mejor no de la forma habitual, porque les faltaba documentación, pero lo hicieron".

   Ha alegado que no hay "motivos" para que su defendido "se plantee, ni por un minuto, la posibilidad de ayudar" a J.M.C . "No hay un sólo por qué, ni un sólo beneficio", ha señalado.

   Para la letrada, no se puede hablar de "omisión" como alega la Fiscalía porque "no tenía plena conciencia de lo que mete en la destructura" J.M.C.

   Ha añadido que J.R y A.T.L destaparon lo ocurrido no porque se vieran "acorralados", porque "fueron ellos los que le informaron al padre de la conductora de que habían desaparecido" los documentos.

   Además, el propio día 19 ya ponen en conocimiento de su superior la desaparición, aunque hasta el día 22 no hacen parte de intervención porque habían estado ocupados haciendo servicio de calle.

   El abogado de A.T.L, José Gullón, ha comenzado señalando, también, que "las acusaciones han de probar la certeza, o ir más allá de la duda razonable". Le ha pedido, al juzgado, distinguir las voces de los ecos, como decía Machado.

   "Parecería que estamos haciendo un juicio a la policía local", en un entorno que "da lugar a pasiones humanas", pero les ha invitado a pensar que son "las personas que trajeron a mi hija a casa cuando hizo novillos".

   En su argumentación, ha confesado que la entrada en la sala de vistas de la Audiencia Provincial del excomisario Beneite le había devuelto la imagen del sargento de La Chaqueta Metálica (película de Kubrick), considerando que "todo lo que ha hecho ha sido buscando la confirmación" de lo que ya había considerado probado por su cuenta.

   También ha apelado al cine invitando a pensar qué diferente sería el vídeo que se ha exhibido con la música de Tiburón o de una película romántica. Ha pedido contemplar que, lo único que se ve, es un cambio de turno en el que el que entra pregunta qué ha pasado.

   Los acusados, ha dicho, "no han consentido o aceptado estos hechos", aunque con las alegaciones de las acusaciones "parece que sólo les ha faltado aplaudir".

   Ha pedido "introducir el sentido común", dado que "no existe prueba directa de que sepan" lo que hace J.M.C. "Cómo lo van a hacer si otro compañero ha intervenido, si el padre de la otra conductora dice que pasará a ver el atestado", ha apuntado.

   También se ha preguntado "en qué cabeza cabe no aceptar que el señor" J.M.C "no sabe dónde están los atestados del día".

   Ha apelado a la "procesión de los olvidados por las acusaciones" y, así, se ha referido al testimonio de un agente, que ha calificado de "entrañable" y que "emanaba una credibilidad pocas veces visible".

   Esta persona manifestó que "desde la posición en la que estaban no se podía ver lo que hacían", porque "no es la misma visibilidad que con la cámara" que grabó.

   Otro agente, jefe del turno de noche, manifestó que el mismo día 19 de septiembre "cuentan que ha desaparecido documentación".

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