MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Ana Locking abrió los desfiles de la tarde de la segunda jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week con su colección 'Arc d'Hysterie', inspirada en la teoría del analista Alexis Tzonis. Frente a su concepto de la gloria como antesala del fracaso, la diseñadora propone una moda para triunfar sin complejos y disfrutar del éxito, pasando de la sobriedad a la sensualidad con toques rompedores.
Ana Locking basa su línea para la mujer en el bustier, logrando así acentuar su silueta sin llegar a ceñirla totalmente. La toledana apuesta primero por vestidos cortos de satén de un solo color, el gris mercurio, con tules y volantes superpuestos que confieren ligereza al conjunto. El gris da paso después al rosa palo, el azul tinta y el verde lima, sin perderse nunca la discreción y la elegancia de las formas.
Como complemento, Ana Locking apuesta por los bolsos cartera en color gris y negro, para prolongar la armonía de sus vestidos. La pedrería en los cinturones, normalmente ajustados al cuerpo por debajo del pecho, también es esencial. El toque más atrevido se lleva en los pies, pues la creadora completa todas sus diseños con zapatos 'peep toe' de tacón vertiginoso atados al tobillo.
La imagen más triunfadora de la mujer llega con la noche, el mejor momento para retroceder a los años cincuenta. Vestidos entallados negros, cuyo largo no pasa de la rodilla, con fruncidos, volantes y mangas farol recuerdan este estilo, que se acompaña de toreras de corte mínimo con pedrería.
La sobriedad se convierte en sensualidad y atrevimiento con la ayuda de las gasas. Sobre corpiños y shorts ceñidos y elaborados con tejidos de carácter galáctico, se ponen tules y gasas que dan paso a elengantísimos vestidos túnica en color blanco. Las formas se amplían, las faldas se alargan y los cinturones con brillos destacan todavía más si cabe en el conjunto.
Para el hombre, Ana Locking propone una colección atrevida sin perder el toque de distinción. Así, ha diseñado trajes de chaqueta en colores gris perla y negro, con tímidos cuadros en algunos casos, cuyos pantalones son short o piratas. Por debajo, camisas con chorreras que se alargan progresivamente hasta la rodilla, todo acompañado con unas rompedoras sandalias de dedo o con zapatos.
