La desigualdad entre los más ricos y los más pobres en la Comunidad es la más alta de España
MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 16,2 por ciento de los madrileños viven en situación de exclusión social en la región alcanzando el millón de personas y la desigualdad ha aumentado en la región, según Cáritas.
Así, la organización ha presentación este martes los datos de 2018 del Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en Madrid, y han mostrado que dentro del millón de personas que se encuentra en situación de exclusión social en la Comunidad, 490.000 parecen exclusión severa.
Según el informe presentado por el coordinador del mismo, Guillermo Fernández, tanto los niveles de integración social como los de exclusión social han mejorado en el conjunto de la población en los últimos cinco años, si bien han destacado que un grupo de 269.000 personas sufre una exclusión social extrema.
Asimismo, dentro de la población en situación de integración social, destacan un grupo de 900.000 personas que se encuentran en una situación muy precaria a los que se les denomina como la sociedad insegura. Además, la desigualdad entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre se sitúa como la más alta de España.
Si se tiene en cuenta el conjunto de la población, la tasa de desigualdad sería la tercera más elevada, después de Andalucía e Islas Baleares. A lo largo de los últimos diez años, la renta media de la población madrileña se ha incrementado en un dos por ciento, mientras que los más pobres han visto caer su renta un 30 por ciento. La pobreza severa se ha incrementado en los últimos cinco años un 23 por ciento, afectando ya a 243.000 personas.
Según ha explicado Fernández, el nivel de personas integradas en la sociedad se ha incrementado desde 2013 hasta 2018, si bien ha señalado que la exclusión social se ha "enquistado" en la estructura social de la región.
PRINCIPALES FACTORES DE EXCLUSIÓN
En cuanto a las factores de exclusión, han indicado que las dimensiones más determinantes son la vivienda, el empleo y la salud. De esta manera, los riesgos relacionados con la vivienda se han convertido en un factor clave en las dinámicas de exclusión social. En la Comunidad de Madrid, la dimensión de la vivienda ha pasado a ocupar el primer lugar como causa generadora de exclusión social y ha desplazado a las dificultades relacionadas con el empleo.
Según los datos, 167.000 hogares con situaciones de hacinamiento; 43.000 en un entorno muy degradado y/o en barrio conflictivo; 315.000 hogares se quedan por debajo del umbral de la pobreza severa una vez pagados los gastos de la vivienda o tienen deudas relacionadas con el pago de la vivienda y los suministros; mientras que 89.000 hogares se encuentran en situación de vivienda insegura (sin contrato de arrendamiento, bajo la amenaza de la violencia, con notificación de desahucio).
También, 219.000 hogares están en situación de vivienda inadecuada (viviendas que no reúnen las condiciones adecuadas de habitabilidad, hacinamiento, sin acceso a suministros) y 6.300 hogares de ellos padecen a la vez ambas situaciones de vivienda insegura e inadecuada.
En segundo lugar, se encontrarían los riesgos relacionados con el empleo. El desempleo se consolida, pese a su "reducción progresiva", en una "realidad persistente". Han comprobado que la precariedad en el empleo, con temporalidad, parcialidad e itinerarios cíclicos que alternan períodos cortos de empleo con otros de desempleo, generan trabajadores "pobres y excluidos" y limitan la integración de varios colectivos.
EL 12,3 DE LOS TRABAJADORES SON POBRES EN LA COMUNIDAD
Según los datos que han ofrecido, la tasa de personas trabajadoras pobres en la Comunidad de Madrid es del 12,3 por ciento. Además y de los hogares en exclusión social, seis de cada diez tienen ingresos por trabajo.
Estos niveles de exclusión en personas que trabajan a jornada parcial duplican en número a los que lo hacen en jornada completa. De la misma forma, en la región hay menos paro de larga duración que en el conjunto de España, pero la proporción de personas paradas de larga duración es más elevada. De las personas que tienen un empleo de exclusión, 134.000 personas son sustentadoras principales.
Por otro lado y atendiendo a los riesgos por salud, la mitad de la población madrileña en exclusión social se encuentra afectada por alguno de los indicadores relacionados con la salud. En la exclusión más severa, se ha producido un incremento de más del 14 por ciento de este tipo de dificultades en los últimos cinco años.
Concretamente, la exclusión social se relaciona según han estudiado con la presencia en el hogar de personas con alguna discapacidad y/o con dependencia. En este sentido, la incidencia de la exclusión social se eleva hasta un 34,7 por ciento en hogares con alguna persona con discapacidad y hasta un 51,5 por ciento en hogares con alguna persona dependiente.
Específicamente, el 45 por ciento de las personas con una limitación grave para las actividades de la vida diaria no recibe ayuda de ningún tipo. En 161.000 hogares se ha dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por problemas económicos.
"ROSTROS DE LA EXCLUSIÓN"
En otro orden, han explicado que en los hogares en exclusión, tres de cada cuatro sustentadores principales son de nacionalidad española. De ellos, uno de cada dos personas sustentadoras trabaja y estaría entre los 45 y 64 años.
En seis de cada diez hogares no habría menores y estarían compuestos por entre dos y cuatro personas. Además, la exclusión se concentra en las ciudades de más de 100.000 habitantes.
Por último, han explicado que los datos de la Encuesta FOESSA sostienen que cuando uno nace y se cría en un hogar con "escasos bienes materiales y con ingresos reducidos" aumentan las probabilidades de heredar la exclusión.
El estudio ha sido elaborado por un equipo de investigación formado por 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones de acción e investigación y las encuestas han sido realizadas por un equipo profesional de más de 350 personas.
