El 51% de los usuarios de Metro se queja de las aglomeraciones, según OCU

Actualizado: martes, 28 septiembre 2010 11:39

MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

Las aglomeraciones que sufren los usuarios de metro son muy mal valoradas, especialmente por los valencianos, donde un 68% afirma experimentar sensación de agobio o malestar con bastante frecuencia; una cifra que baja al 51% en el caso de los madrileños y al 50% de los barceloneses, según una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a 2.380 viajeros de Metro, Metro ligero y tranvía de siete ciudades españolas (Barcelona, Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla, Tenerife y Valencia).

Los usuarios de Bilbao (39%), Tenerife (29%), Sevilla (28%) y Palma de Mallorca (20%) reconocen estar menos afectados por las aglomeraciones.

El objetivo de esta encuesta, publicada en OCU-Compra Maestra del mes de octubre, ha sido comprobar la satisfacción de los usuarios, averiguar los aspectos más y menos positivos en cada ciudad y comparar el precio entre ciudades de este medio de transporte. El balance inicial es que los usuarios de Tenerife y Bilbao son los más satisfechos y los de Barcelona y Valencia los menos.

La falta de información recibida en caso de averías e incidencias en el servicio es uno de los mayores motivos de insatisfacción de los usuarios encuestados por la OCU. El 34% de los madrileños y el 32% de los valencianos consideran que los trenes se detienen bastante a menudo sin razón aparente. Las interrupciones causadas por las obras es la principal queja de los usuarios de Barcelona, mientras que a los tinerfeños les molesta que no se ofrezca otro medio de transporte alternativo cuando el servicio se interrumpe de manera prolongada.

Los usuarios de Valencia vuelven a llevarse la peor parte para encontrar sitio libre, seguidos de los barceloneses y madrileños. No ceder el sitio reservado ni dejar salir antes de entrar es más habitual en Barcelona, Valencia, Madrid y Tenerife así como no encontrar personal en instalaciones o vagones cuando lo necesitan.

El Metro es un medio de transporte con muy baja siniestralidad, sin embargo la OCU ha preguntado sobre otro aspecto de la seguridad: frecuencia con los pasajeros presencian o sufren situaciones desagradables (agresiones verbales y físicas, robos, atracos, etc.). La lista negra la encabezan Barcelona y Madrid, en concreto, los usuarios de Barcelona citan las líneas 1, 3 y 4 y los de Madrid la 5, 6, 1 y 10 como las peores líneas de metro. En el extremo opuesto, Sevilla parece ser la ciudad más segura en este sentido.

Los usuarios del metro están medianamente satisfechos con el funcionamiento del Metro, salvo en Valencia, ya que el 25% de los encuestados valoró globalmente su línea habitual por debajo de 50. En general, los aspectos mejor valorados por los pasajeros en relación con el funcionamiento son la puntualidad, la cobertura y diseño de la línea y la seguridad del transporte. Lo peor: amabilidad del personal y la frecuencia de los trenes.

Respecto a los vagones, lo mejor valorado ha sido la limpieza, la iluminación, la información sobre la correspondencia con otras líneas y horarios. Por la cola, falta de puntos de sujeción para los usuarios que viajan de pie, información ante las incidencias y espacio disponible son los puntos negros.

La OCU también se interesó por la valoración que otorgan los usuarios a las instalaciones: lo mejor valorado, la iluminación y la limpieza. Lo peor, la información en caso de interrupción del servicio y el funcionamiento de las máquinas expendedoras. En general, los bilbaínos y los tinerfeños son los más satisfechos con sus instalaciones y los valencianos y catalanes los menos satisfechos.

Más del 70% de los usuarios de Sevilla, Barcelona, Valencia y Tenerife consideran que el precio del billete es caro o muy caro. Sin embargo los usuarios de Palma de Mallorca y Bilbao están más satisfechos con el precio.

La OCU ha dado traslado de estos resultados a las empresas concesionarias del servicio de metro y pide que el incremento de precios anual no sea superior al IPC, que las administraciones ofrezcan una mayor diversidad de títulos de transporte, ajustándose a los diferentes perfiles de usuarios y que se avance en la integración tarifaria para que un mismo título sirva para diferentes medios de transporte y se permita de este modo realizar cambios durante un periodo de tiempo sin tener que validar un nuevo billete.