MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Centro de Transfusiones de la Comunidad de la Madrid dispuso ayer, al conocer el accidente aéreo, un envío de sangre como para 45 heridos a los hospitales donde ingresaron los supervivientes, una proyección que resultó excesiva ante la magnitud de la tragedia, de la que sólo 20 personas salieron con vida.
La directora del Centro, Luz Barbolla, explicó a Europa Press que la institución puso en marcha un Plan de Acción para catástrofes por el cual se pusieron en contacto con los hospitales de La Paz, Doce de Octubre y Ramón y Cajal, donde se dirigieron los heridos más graves.
Así, a través de los hematólogos de guardia se constató que los bancos de sangre y componentes sanguíneos de todos ellos se encontraban en condiciones óptimas y tenían los stocks al 100 por cien, pero como en toda tragedia de este tipo, se envió una cantidad estipulada por enfermo de los grupos A y 0 + y -, la más común, y se les informó de que el Centro regional disponía de reservas suficientes para cubrir cualquier nueva necesidad.
A continuación, el centro se encargó de organizar la donación. "Llamamos a las unidades móviles que acababan de salir, para que comunicaran que la situación estaba totalmente controlada, pero si alguien quería, podía venir a donar", explicó Barbolla.
Asimismo, "llamamos a todos los hospitales para reforzar sus unidades de donación y reforzamos el centro". Y en este punto, se produjo una respuesta ejemplar por parte de la ciudadanía madrileña, que incrementó en una sola tarde en un 60 por ciento las donaciones diarias habituales.
Así, en el autobús situado en la Puerta del Sol ayer se realizaron 60 donaciones, frente a las 25 habituales. También en el Centro, que permaneció abierto hasta las 22 horas, 200 donantes quisieron dar su sangre para los heridos de la catástrofe aérea.
Lo mismo ocurrió en las unidades móviles y los hospitales Doce de Octube, Gregorio Marañón, La Paz, Getafe, Fuenlabrada, Niño Jesús y La Princesa, donde se dispararon el número de donaciones.
Barbolla explicó que, gracias a la actitud de los madrileños y las previsiones de los hospitales, no fue necesario recurrir a las donaciones de otras Comunidades Autónomas, a quien la responsable madrileña quiso agredecer su ofrecimiento y generosidad. "Los grandes quemados son gente que necesita mucha sangre, mucho plasma,... pero en esta ocasión no necesitamos otras donaciones. La reacción de la gente es magnífica, lo hace con mucha generosidad", consideró, aunque subrayó que las "donaciones masivas" puntuales no resuelven el problema a medio largo plazo, puesto que los hematíes de la sangre sólo pueden conservarse durante 42 días y las plaquetas sólo 5 días.
"Por eso las donaciones masivas nos vienen bien, pero no queremos agotar la base de datos de donantes porque necesitamos 700 unidades para hacer las plaquetas a diario. Son necesarias donaciones de forma sostenible", indicó.
