MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Carabanchel, una de las 37 zonas básicas de sanidad con restricciones para combatir el coronavirus, ha amanecido este lunes sin rastro de controles policiales pero sí con restos en forma de pancartas de la protesta ciudadana convocada ayer contra un confinamiento selectivo por barrios y con dudas de la ciudadanía sobre el 'pasaporte' para poder moverse hacia el resto de la ciudad.
En el triángulo formado por las estaciones de Metro de Carabanchel, Vista Alegre y Oporto coincidían conversaciones de usuarios del transporte público sobre cómo justificarán los desplazamientos en la ciudad en los anunciados controles policiales aleatorios, informativos en las primeras 48 horas y de los que no había rastro en estas primeras horas de confinamiento.
Tampoco de vallas delimitando la entrada o salida de alguna de las zonas básicas de salud señaladas por la Comunidad. Las terrazas para desayunar ya estaban abiertas a primera hora, las obras en la calzada continuaban, los escolares se dirigían a sus centros de estudio... los únicos elementos que denotaban que no era un lunes corriente han sido la presencia de periodistas y, sobre todo, los restos de la protesta convocada ayer por movimientos ciudadanos contra los confinamientos selectivos y en demanda de más personal médico y rastreadores.
Los vecinos de Carabanchel son parte de los 858.000 madrileños y madrileñas, el 13 por ciento del total de la población de la Comunidad, que desde este lunes y al menos durante catorce días verán restringidos sus movimientos y viendo cómo se aplican otras restricciones, como el cierre a las 22 horas de los establecimientos comerciales.
