Boadella:"El rasgo diferencial de Cataluña no es la lengua o la sardana, sino el silencio de los corderos de la cultura"

Actualizado: viernes, 27 marzo 2009 12:46

Aguirre aplaude las críticas del artista al "nacionalismo excluyente y asfixiante que dirige Cataluña desde los ochenta"

MADRID, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

El director de los Teatros del Canal, Albert Boadella, consideró hoy que "el único rasgo diferencial de Cataluña no es especialmente la lengua, la sardana o el cagaret, sino el auténtico silencio de los corderos de la cultura".

Durante un desayuno informativo organizado por el Foro Nueva Economía, Boadella llegó a esta conclusión tras recordar que cuando la Generalitat aprobó una cláusula en los concursos para ayudas y convenios en la que se especificaba que sólo se concederían a obras en catalán, "la reacción del gremio y el mundo de la cultura ante tal arbitrariedad, en pleno territorio nacional, fue, como siempre, mirar hacia otro lado".

"Cuando un régimen, y Cataluña lo es desde hace 30 años, pero muy especialmente desde la defenestración de Vidal Quadras y la deriva nacionalista del PSC, perdura demasiado, acaba por contaminar también a sus propios opositores", sentenció, al tiempo que recordó que los españoles de su generación, "nacidos en los primeros años de la dictadura", saben "bastante del tema".

En un discurso plagado de hirientes sentencias contra el Gobierno central, catalán, los medios de comunicación, el mundo de la cultura e incluso el Príncipe Felipe, Boadella dividió su intervención --en la que estuvo acompañado por la presidenta, Esperanza Aguirre,-- en tres bloques: la "emigración obligada", su nuevo empleo en los Teatros del Canal y sus contradicciones y reflexiones sobre la cultura.

Para presentarle, Aguirre celebró su obra "Adiós Cataluña", de la que destacó las críticas del artista al "nacionalismo excluyente y asfixiante que dirige Cataluña desde los ochenta" y la hondura humana que demuestra en el relato de su relación con su esposa Dolors. "La trayectoria humana, política y artística de Albert Boadella es la de un irreductible de los de verdad. No como otros, que presumen de inconformistas, pero llevan decenios bailando el agua a los que están en el poder", destacó.

En cuanto a su "desplazamiento forzoso de Cataluña", el artista indicó que desde que inició su andadura con Ciutadans se inició una persecución, o "cruzada regional", hacia "la muerte civil" de su persona y su obra, la cual ya venía sumándose a lo que llamó sus propias "sátiras al universo político o paleolítico del nacionalismo". Así, recordó que de repente desaparecieron las solicitudes para actuar del Joglars y aparecieron artículos y grafitis en los que le exhortaban a que se fuera de Cataluña, incluso de gente que trabajaba en su propia compañía. "Salvando las distancias, me recordaron la sutil introducción del nacionalsocialismo en Alemania", opinó.

"Decir que no voy a actuar en Cataluña es un farol, porque simplemente no puedo actuar", pues nadie le contrata, indicó.

En cuanto a su nuevo empleo en los Teatros del Canal, el director defendió la decisión de la presidenta de la Comunidad de "colocar al frente una gestión privada con el fin de obtener criterios de máxima rentabilidad, la menos costosa para el contribuyente". "Yo soy de los que creen que, en materia cultural, todo aquello que el ciudadano pueda pagar directamente, en última instancia, garantiza mayores cotas de libertad", apuntó.

El término "cultura" está, a su juicio, desnaturalizado por su utilización política y por lo que él denomina "creación por decreto o cultura de Estado". Así, arremetió contra la feria internacional de arte de Madrid ARCO que "representa la radiografía perfecta de lo que acontece en el plano moral y económico, la entronización de la nada y la vaciedad en el mercado". "El feísmo como reacción a la impotencia creativa y sobre todo a la necesidad del experto para que la inanidad de las obras, asentadas siempre en la destrucción del lenguaje común, pueda adquirir un valor comercial".

En resumen, "para que la diferencia entre el desconchado de una pared con restos de graffiti y un Tapies, mantenga una sustanciosa cotización, necesitamos un experto". "En estos terrenos sin un experto nadie se atreve a dictaminar nada y como consecuencia de ello decenas de Maddof han recorrido el mundo convenciendo a los más notables que debían invertir en estos ingenios y no en la pared desconchada", apuntó, de modo que a los ciudadanos se les convierte en "un rebaño de acompañados becerros que desfilan aturdidos ante la pornografía de la nada".

Boadella añadió: "La sublimación de los irracional constituye la medida del éxito. Bajo este prisma se puede afirmar que el escándalo moral es el único motor de las artes modernas". "Todo el montaje se sustenta en la intervención de las administraciones públicas las cuales alimentan , con la franquicia democrática, una burbuja de signos completamente ininteligibles para la mayoría de los ciudadanos, y solo disponible para unos pocos exquisitos", añadió.

BARCELÓ, EL CARNAVAL Y EL PRÍNCIPE

En este sentido, también tuvo palabras contra la "capilla sixtina del señor Barceló". "Todos conocemos el precio del montaje, pero lo peor es la metáfora de nuestras primeras autoridades repartiendo expresiones de fingido éxtasis", añadió Boadella.

En su arrebato verbal contra las administraciones públicas, el artista criticó también el Carnaval, "una manifestación que ha dejado de tener todo sentido fuera de lo que significó en su momento la cuaresma, que también ha desaparecido". "En la mayoría de ciudades resulta un patético desmadre con altas dosis de cutrez, que no debería ser jamás apoyado desde las administraciones", indicó.

"Arte es una palabra que ha dejado de tener todo el sentido cuando cualquier profesional de los fogones se declara genio de la creación artística por el simple hecho de la deconstrucción de un salmonete", inquirió.

De este modo, el director de los Teatros del Canal declaró que la "excelencia ha desaparecido en todos los terrenos" y en España sólo los deportistas mantienen el mérito, el esfuerzo y el trabajo como valores, y dentro del arte sólo el toreo, "tal vez porque depende del Ministerio del Interior", ironizó.

Para Boadella los gobernantes han perdido el valor de la belleza y promueven el "mal gusto público", como puede verse en en el "estilo palestina", muy cercano al "campo de refugiados" que prolifera en nuestras ciudades fuera de "cascos históricos como parques temáticos". "Por qué nuestro futuro Rey vive en un chalet como los de Somosaguas, con un mobiliario que parece prestado por 'La casa del tresillo' cuando sus antepasados tenían colgados en la pared los cuadros de velázquez y los tizianos", manifestó.